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2011/09/07

Semana crucial para Obama

Con unos niveles de opinión sobre su gestión en el punto más bajo desde que asumió el poder, un reciente informe de crecimiento cero en nuevos empleos y un ambiente de pesimismo generalizado, Barack Obama se prepara para dar lo que podría ser el discurso más importante de su presidencia ante una sesión plenaria del Congreso de Estados Unidos.
La ocasión casi que sin precedentes. La última vez que un mandatario convocó a ambas cámaras por fuera del acostumbrado mensaje anual sobre el Estado de la Unión fue George W. Bush tras los ataques de 11-S.

El enemigo esta vez es la drástica situación económica y los millones de desempleados a lo largo y ancho del país.
El desafío de Obama será triple: primero, su mensaje tendrá que levantar el espíritu y devolverle la confianza al pueblo; luego, sus planes deberán incluir buenas perspectivas para obtener resultados; por último y quizás lo más complicado, sus propuestas tendrán que ser aprobadas por legisladores dominados por una oposición antagónica.

Ideas grandes

"Un buen sector del público estadounidense quiere ver ideas innovadoras, grandes y audaces", dijo a BBC Mundo Rebecca Thiess, analista del Instituto de Política Económica en Washington.
Es algo que el público de EE.UU. ha estado esperando del mandatario, comenta la analista. "Han escuchado tanto sobre el debate del presupuesto pero lo que les preocupa son trabajos de verdad".
La idea es que se necesitan trabajos ahora mismo y no necesariamente a largo plazo. Lo que implica invertir en asistencia estatal directa para la creación de empleos en áreas como parques nacionales, puesto académicos y rehabilitación de edificios.

La economista prevé que el presidente propondrá extender programas que ya existen, como las reducciones a la retención de impuestos en la fuente y la prórroga de los beneficios para desempleados, enfocándolos desde una perspectiva de generación de empleo. Al tiempo intentará introducir planes menores para la infraestructura del país.
No obstante, Theiss no cree que el mandatario vaya a plantear los programas a gran escala que aquellos que están buscando trabajo quisieran escuchar.
"El problema es encontrar el dinero para invertir en un momento en que el Congreso acordó un presupuesto nacional que no permite mucho margen de maniobra", expresó.
En ese sentido, lo que cree que va a emerger no será tanto una postura imponente sino el espíritu negociador del presidente con la oposición.
"El debate del límite de la deuda diezmó no solo al presidente sino a los legisladores y políticos. Y el pueblo quedó realmente harto del enfrentamiento partidista y cuestionándose si el gobierno trabaja para ellos", recalcó.

Flexibilidad

Alex Brill, investigador del American Enterprise Institute, un centro de tendencia derechista, coincide en que el tono político del discurso será importante.
"Si busca acercamiento y cooperación con los republicanos tendrá una respuesta positiva", considera Brill. "Si ataca políticamente, los republicanos se van a ir a la defensiva y tanto los generadores de empleo como los trabajadores van a sentir esa tensión política, que será negativa".
Esperaría que ponga sobre la mesas sus propias ideas pero "éstas deben ser flexibles y de base amplia, que permita a los empleadores del sector privado tomar decisiones encaminadas a generar trabajos".

Brill sugiere que Obama también tendría que reconocer que el costo de lo que propone tendrá que ser balanceado con ahorros que tendrían que buscarse en años venideros.
"A cambio de empezar programas inmediatamente, tendría que hacer concesiones y cortar programas sociales como Medicade y Medicare (de salud) y el Seguro Social".
El analista reconoce que esos recortes son difícil para los demócratas pero insiste en que deben que entender que esos programas no son sostenibles.
"Esa es flexibilidad que tendrían que demostrar los demócratas", manifestó a la BBC. A cambio, dice, los republicanos estarían dispuestos a reconsiderar su firme oposición contra cualquier medida que implique más impuestos.

Visión propia

Sin embargo, Adam Hersh, economista del Center for American Progress -una organización de tendencia izquierdista- considera que el presidente debería comunicar con fuerza su visión y separarla de la de los republicanos que, según el analista, han seguido una política de obstrucción.
"Hemos visto a los republicanos bloquear cuanta medida se proponga para crear empleos, hasta el punto de amenazar con llevar al país a una cesación de pagos", señaló Hersh.
En lugar de buscar la concesión bipartidista -porque hay tan poca probabilidad de que suceda, dice el analista- lo más recomendable sería que Obama hable directamente con el pueblo sobre su visión audaz para el país.
"El presidente tiene que ser honesto con el pueblo con lo que costará generar más empleo y acelerar la economía. Hay muy poca inversión en educación y capacitación, que son cruciales para una buena economía".
"El público no va a cambiar de simpatías por un discurso del presidente. Quieren resultados verdaderos, creación de trabajos, sus sueldos subiendo y las deudas bajando. Eso sucede por medio del trabajo y crecimiento económico", resaltó.
"Este discurso lanza la campaña presidencial de 2012", concluyó.

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