Estados Unidos, a través de su embajada en Tokio, se ha encargado de mostrar su preocupación por los últimos ciberataques sufridos por industrias que producen armamento para el Ejército nipón. EE UU quiere que Japón extreme la vigilancia sobre este tipo de industrias. La reacción norteamericana se produce después de conocerse que el departamento militar de Mitsubishi descubriera que cerca de un centenar de sus ordenadores habían sido infectados por un virus espía cuya probable procedencia era China. Con todo, según las informaciones oficiales suministradas, el ataque no comprometió ningún dato sensible. Ayer trascendió que otro contratista militar, IHI Corp, que suministra ingeniería para aviones militares, ha sido víctima de otro ciberataque.
El descubrimiento de estas brechas de seguridad se produce después de que un controlador aéreo japonés publicara en su blog información considerada secreta por Estados Unidos como planos del avión presidencial.
El ministro de Defensa japonés ha asegurado que no hay constancia de que estos ciberataques hayan comprometido información clasificada y ha asegurado que no está clara su procedencia. China ya ha negado cualquier responsabilidad gubernamental en los mismos.
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