Pese a que su mayor eficiencia energética está extendiendo su uso, las luces LED podrían no ser tan beneficiosas en todos los ámbitos. Un estudio elaborado por científicos de Italia, Estados Unidos e Israel concluye que el efecto de este tipo de lámparas sobre la salud humana podría ser perjudicial en comparación con otros tipos de iluminación. En concreto, los investigadores han comprobado que las LED reducen drásticamente la producción de melatonina, una hormona que regula el llamado reloj biológico responsable de los biorritmos.
El trabajo, publicado en Jour-nal of Environmental Mana-gement, analizó la producción de melatonina en presencia de tres tipos diferentes de iluminación: bombillas de sodio, lámparas de haluro y ledes. La diferencia entre unas y otras es la longitud de onda emitida o, dicho de otro modo, el color. Las primeras lucen en anaranjado. Las de haluro y las LED producen luz blanca con una gran parte de su emisión en la longitud de onda correspondiente al azul.
Todas ellas disminuyen la producción de melatonina, que se genera en la glándula pineal del cerebro y que sitúa al organismo en modo nocturno. Pero mientras que la luz de estadio la reduce tres veces más que la de sodio, las LED recortan esta hormona cinco veces más. La melatonina es conocida también por sus propiedades antioxidantes y anticancerígenas.
Según Abraham Haim, profesor de la Universidad de Haifa y coautor del estudio, "igual que hay regulaciones para los contaminantes clásicos, debería haberlas también para la contaminación asociada a la luz artificial por la noche".
El trabajo, publicado en Jour-nal of Environmental Mana-gement, analizó la producción de melatonina en presencia de tres tipos diferentes de iluminación: bombillas de sodio, lámparas de haluro y ledes. La diferencia entre unas y otras es la longitud de onda emitida o, dicho de otro modo, el color. Las primeras lucen en anaranjado. Las de haluro y las LED producen luz blanca con una gran parte de su emisión en la longitud de onda correspondiente al azul.
Todas ellas disminuyen la producción de melatonina, que se genera en la glándula pineal del cerebro y que sitúa al organismo en modo nocturno. Pero mientras que la luz de estadio la reduce tres veces más que la de sodio, las LED recortan esta hormona cinco veces más. La melatonina es conocida también por sus propiedades antioxidantes y anticancerígenas.
Según Abraham Haim, profesor de la Universidad de Haifa y coautor del estudio, "igual que hay regulaciones para los contaminantes clásicos, debería haberlas también para la contaminación asociada a la luz artificial por la noche".
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