En su lucha por cortar de raíz la actividad hacker en torno a las videoconsolas, en su caso el pirateo de la PlayStation, Sony inició una campaña de acoso y derribo no sólo contra los hackers, sino también contra los usuarios que se sirvieran de “sus servicios”. La compañía no dudó en iniciar una batalla legal que, de momento, parece inclinarse a su favor.
Según informa The Register, el juez federal estadounidense Joseph Spero ha aprobado la petición de citación a varios sites entre los que se cuentan, además de la página hacker GeoHot, portales como YouTube, Google o Twitter, para identificar a cualquiera que haya accedido, comentado o visto información relativa al hacking. Sony necesitaría esta información para aportar pruebas en el juicio que se celebrará en San Francisco y donde la compañía reclama que se están violando sus términos de uso, una suposición que fue anteriormente rechazada por otro magistrado alegando que, según esos términos de uso, “el universo entero estaría sujeto a su jurisdicción”.
La información de los usuarios que la empresa reclama incluye registros de servidores, IP, información de cuentas privadas y formularios, además de “cualquier otra información identificativa correspondiente a personas o equipos que hayan accedido o descargado material alojado usando su servicio y asociado con las webs de www.geohot.com”, lo que implica en el caso a cualquier visitante de la página.
Además, todos los usuarios que hayan visto vídeos con información relativa al hacking y a la PS3 son susceptibles de entrar en la “lista negra” sin importar los motivos por los que llegaron hasta el vídeo o si hicieron uso de la información contenida. La posición de Sony contra el hacking contrasta con la de Microsoft, que acabó rindiéndose al enemigo tras el lanzamiento de Kinect y decidió unirse a él preparando ya un kit de programación para desarrolladores.
Silicon News
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