En vísperas de la trascendental cumbre de la Unión Europea (UE) este jueves para "solucionar definitivamente" la crisis en la eurozona, el primer ministro José Socrates presentó su renuncia tras haber sido derrotado en una votación parlamentaria que buscaba aprobar su cuarto ajuste presupuestario en pocos meses.
Esta situación está poniendo una presión adicional sobre la moneda común europea.
El nuevo presupuesto portugués tenía que seer adaptado a la realidad de una contracción económica del 0,9%, muy lejos de las optimistas proyecciones gubernamentales de un crecimiento del 0,2%.
Esta tensión política y económica se ha visto reflejada en las tasas de interés para la deuda soberana portuguesa que esta semana superaron la barrera del 8%, muy por encima del 7% que marcó el punto de no retorno para los dos países rescatados de la eurozona: Grecia y la República de Irlanda.
Un rescate conjunto de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) parece ahora casi inevitable como había anticipado horas antes del debate el ministro de Finanzas portugués, Fernando Teixera.
¿Acá quién manda?
La caída del gobierno de José Socrates deja al presidente Cavaco Silva con una disyuntiva: llamar a elecciones o invitar a otros partidos a formar un nuevo gobierno.Dada la urgencia de la crisis, esto solo puede aumentar la tensión en los mercados.
Portugal tuvo un déficit fiscal del 7% en 2010 y aspira a bajar esa brecha entre gasto y recaudación este año a un 4,8%.
Según la agencia de deuda portuguesa IGCP, el gobierno tiene vencimientos de 8.500 millones de euros este año.
La única manera de afrontar esta doble situación es seguir endeudándose, pero las tasas cada vez más altas que le piden los mercados hacen que, en el mejor de los casos, esté postergando el momento de tirar la toalla.
Según analistas financieros la cumbre este jueves de la UE no tendrá ningún as en la manga para los problemas de Portugal.
"Nada de lo que se acordó en las últimas semanas a nivel de la Unión Europea va a ayudar a Portugal", le dijo a la agencia Reuters el economista del Deutsche Bank Gilles Moec.
En cuyo caso, quien esté gobernado, podría verse obligado a pedir un rescate conjunto de la UE y el FMI a la usanza de lo sucedido con Grecia y la República de Irlanda.
Constitucionalmente esto plantea un problema adicional: ¿puede un gobierno de transición, sin mandato electoral, pedir ayuda internacional?
Más allá de Portugal
Desde el rescate de Grecia en mayo y, mucho más aún, con el de Irlanda en diciembre, el gobierno luso se encontró en la mira.Pero el verdadero problema para el euro es lo que viene después de Portugal: España, la cuarta economía de la eurozona.
España representa el 9% de la Unión Europea más que Portugal (1,4%), Irlanda (1,4%) y Grecia (2%) juntos.
La deuda española en relación al Producto Interno Bruto (PBI) no es fuerte (53,2%), pero su déficit fiscal sí: el gobierno aspira a recortarlo a un 9,24 % este año.
En las últimas semanas España ha conseguido despegarse de Portugal en la siempre cambiante percepción de los mercados, pero un rescate del gobierno luso podría cambiar esto.
La preocupación se intensifica por la posible repercusión que esta deuda soberana (de los Estados) puede tener en importantes bancos europeos.
Según el Banco Internacional de Pagos, las entidades alemanas han prestado unos 30.000 millones de euros a España y unos 95.000 millones a sus bancos.
El peligro de una crisis sistémica está allí.
Mucho dependerá de lo que acuerde este jueves el Consejo Europeo para resolver, como se ha propuesto, con un acuerdo bien amplio, el financiamiento del déficit fiscal de la eurozona.
BBC Mundo
No hay comentarios:
Publicar un comentario