El cliente de escritorio para Twitter, TweetDeck, presentó el mes pasado Deck.ly, una nueva función que permite a los usuarios publicar en Twitter mensajes largos, superando el límite de 140 caracteres que representa la seña de identidad del popular servicio de micro-blogging.
La reacción de los usuarios ha sido variada. Algunos están encantados de ser capaces de tuitear sin restricciones de longitud, pero también muchos otros claman contra la violación del «sagrado» límite de 140 caracteres del servicio.
TweetDeck declaró que en las dos semanas posteriores a su lanzamiento, se habían creado más de 1,35 millones de posts Deck.ly. A pesar de las protestas de algunos usuarios, TweetDeck dice que «el motivo para crear el servicio de Deck.ly es el de ofrecer la función más solicitada por nuestros usuarios, y tomamos el alto nivel de utilización del servicio como un indicativo de que escuchamos y respondemos apropiadamente».
TweetDeck admite que la nueva función ha dividido a sus usuarios, y la última actualización de su aplicación permite desactivarla por completo. También tiene planes para cambiar la presentación de estos posts, así como dar más control a los usuarios sobre cuándo se utiliza Deck.ly.
El lanzamiento de Deck.ly no sólo tiene que ver con ayudar a los usuarios a publicar tuits más largos. TweetDeck, que fue recientemente adquirido por Ubermedia, también señala que parte de la motivación para poner en marcha Deck.ly tiene que ver con encontrar una forma de generar beneficios de la publicidad en las páginas landing. De hecho esos 1.350.000 tuits generaron 1.5 millones de páginas vistas.
Monetizar o morir
El histórico problema de Twitter para crear un modelo de negocio estable en torno a su actividad ha sido encarado por cada una de las pequeñas aplicaciones que han crecido en su ecosistema. Desde ese punto de vista, Deck.ly es una idea brillante. Ampliando la longitud de los mensajes se ha dado la opción a los usuarios a establecerse de forma constante en su espacio, como si de una auténtica red de blogs se tratase. Entran, se quedan, se involucran y, al final del día, aumentan el número de impresiones de los anuncios.
Pero este afán por obtener ingresos ya ha llevado a Ubermedia a chocar una vez con Twitter y la situación puede volver a repetirse. Aunque la razón para el cierre de UberTwitter está en el uso de la API y no en la desnaturalización del servicio, haber destruido la filosofía del mensaje corto y directo para convertirlo en un auténtico post de blog puede llevar a la compañía a tomar otra decisión drástica de cierre. A lo que hay que sumar la respuesta negativa de los usuarios más fieles ya comentada.
Detrás de toda esta disputa está la necesidad de hacer negocio de un mismo usuario, de un mismo timeline, que solo va a ser mostrado a través de una de las dos compañías. ¿A quién pertenece cada usuario de Twitter?¿Cómo debe repartirse el beneficio que se genera en un servicio ofrecido de forma conjunta, con infraestructuras compartidas y soportadas por una sola de ellas? Lo que nos hace llegar a la pregunta definitiva: ¿Cuánto podrá llegar a costar acceder a la API de Twitter si esto sigue así?
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