Finalmente no han salido adelante los planes de Obama, que quería permitir que los países pudieran vetar la creación de nuevos dominios, pero si se han aceptado algunas propuestas de Estados Unidos.
Varios países rechazaron la semana pasada la propuesta más polémica de Obama, al afirmar que los gobiernos pueden opinar sobre la aprobación de nuevos dominios que puedan ser controvertidos, como sería el caso de la denominación .gay, pero en ningún caso podrán tener capacidad de veto.
Entre las proposiciones de Estados Unidos que salieron adelante, destaca una que especifica que los gobiernos podrán presentar las objeciones que deseen sobre los dominios sin necesidad de pagar ningún tipo de tasa por ello, y otra que explica que se darán mayores facilidades a las empresas con marcas registradas que deseen aportar alegaciones contra un dominio.
Hasta mañana se reúnen en Bruselas miembros del ICANN con representantes de los gobiernos, en una reunión de la que saldrá un documento final, pero en el que no parece que se vayan a sentar las bases definitivas para la aprobación de dominios.
En ese sentido, todo apunta a que habrá que esperar hasta la próxima reunión del ICANN en San Francisco, que dará comienzo el 13 de marzo, para conocer los procedimientos definitivos que regirán el proceso para crear nuevos dominios.
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