El negocio de cámaras digitales compactas (DSC), que durante el último año parece haberse estancado debido al auge de los smartphones para tomar instantáneas, está contemplando cómo los sensores CCD (Charged-Coupled Device) están perdiendo cuota de mercado en favor de la tecnología CMOS (Complementary Metal Oxide Semiconductor), más reciente y con mejor relación prestaciones/precio.
Según el último estudio llevado a cabo por la analista iSuppli, la fabricación de sensores CMOS está experimentando un rápido crecimiento, tendencia que proseguirá durante los próximos años. En 2013, superará por primera vez el número de CCD fabricados.
Mientras que en 2010 se superaron los 30 millones de unidades, en un par de años esta cifra ascenderá a los 71 millones de unidades. Por el contrario, los CCD fabricados caerán desde los 94 millones de unidades en 2010 a los 67 millones en 2013.
Fabricantes como Sony, Canon, Kodak, Casio y Samsung están modificando sus diseños para incorporar paulatinamente sensores CMOS, mucho más baratos a la hora de fabricarlos pero que también consumen menos energía y ofrecen más calidad. Otro detalle muy a tener en cuenta es la velocidad con la que son capaces de captar las imágenes, lo que también mejora otros apartados como la grabación de vídeo.
Este tipo de sensores (tanto con tecnología CMOS como CCD) son los encargados de capturar la luz que les llega desde la óptica de la cámara y transferirla a los procesadores de imagen, que finalmente convierten esa información analógica en ficheros digitales.
eWeek
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