La planta de Busher, que Teherán puso en funcionamiento en noviembre de 2010 y poco después debió frenar por fallas técnicas, está ubicada en una zona de alto riesgo sísmico
Lo afirma el sitio de noticias israelí que recuerda que recientemente una bomba de enfriamiento de ese reactor nuclear iraní se descompuso, lo que forzó su detención cuando esta usina se encontraba en fase de arranque. Esto reaviva las inquietudes en torno a la seguridad de la central construida con apoyo de Rusia y material alemán.
Factores naturales y humanos se combinan en Irán, por lo que se potencian los riesgos de accidentes y fuga radiactiva. Por un lado, Busher está situada en la conjunción de tres placas tectónicas, lo que hace temer que un temblor pueda dañar las instalaciones y generar un incidente como el que hoy sufre Japón. Hay un antecedente: en 2002 la central fue dañada fuertemente por un sismo de 4,6 grados en la escala de Richter.
Los expertos nucleares evocan, además, otros peligros derivados de la inexperiencia iraní en la materia y la reticencia del régimen a adherir a los programas internacionales de vigilancia y a cooperar con la Agencia Internacional de Energía Atómica, dependiente de las Naciones Unidas.
Por otra parte, la central de Bushehr, de 1000 megavatios, combina una usina de diseño alemán (Siemens), iniciada antes de la revolución islámica, bajo el reino del Shah Mohammed Reza Pahlevi en la década de 1970, con tecnología rusa instalada en el transcurso del último decenio. Esta concepción híbrida es otra fuente de inseguridad, según los especialistas.
El pasado 26 de febrero, Irán confirmó que estaba removiendo combustible nuclear del reactor de Bushehr, que es su única estación de energía atómica, lo que prueba la existencia de problemas en la planta inaugurada tras décadas de retrasos. Los ingenieros rusos que participaron de la construcción de la usina aconsejaron esa descarga de combustible por razones de seguridad para realizar pruebas.
No se dieron a conocer detalles sobre la naturaleza de las preocupaciones técnicas que obligaron a detener el reactor, pero una de las causas podría ser el daño causado por el virus informático Stuxnet.
En otro orden, Irán es uno de los países más expuestos al riesgo sísmico en el mundo. El incidente japonés de Fukushima reaviva la inquietud respecto del programa atómico de Teherán y los riesgos que entraña para ese país y para vecinos como Kuwait, al que sólo 300 kilómetros separan de las costas iraníes.
Infobae
Factores naturales y humanos se combinan en Irán, por lo que se potencian los riesgos de accidentes y fuga radiactiva. Por un lado, Busher está situada en la conjunción de tres placas tectónicas, lo que hace temer que un temblor pueda dañar las instalaciones y generar un incidente como el que hoy sufre Japón. Hay un antecedente: en 2002 la central fue dañada fuertemente por un sismo de 4,6 grados en la escala de Richter.
Los expertos nucleares evocan, además, otros peligros derivados de la inexperiencia iraní en la materia y la reticencia del régimen a adherir a los programas internacionales de vigilancia y a cooperar con la Agencia Internacional de Energía Atómica, dependiente de las Naciones Unidas.
Por otra parte, la central de Bushehr, de 1000 megavatios, combina una usina de diseño alemán (Siemens), iniciada antes de la revolución islámica, bajo el reino del Shah Mohammed Reza Pahlevi en la década de 1970, con tecnología rusa instalada en el transcurso del último decenio. Esta concepción híbrida es otra fuente de inseguridad, según los especialistas.
El pasado 26 de febrero, Irán confirmó que estaba removiendo combustible nuclear del reactor de Bushehr, que es su única estación de energía atómica, lo que prueba la existencia de problemas en la planta inaugurada tras décadas de retrasos. Los ingenieros rusos que participaron de la construcción de la usina aconsejaron esa descarga de combustible por razones de seguridad para realizar pruebas.
No se dieron a conocer detalles sobre la naturaleza de las preocupaciones técnicas que obligaron a detener el reactor, pero una de las causas podría ser el daño causado por el virus informático Stuxnet.
En otro orden, Irán es uno de los países más expuestos al riesgo sísmico en el mundo. El incidente japonés de Fukushima reaviva la inquietud respecto del programa atómico de Teherán y los riesgos que entraña para ese país y para vecinos como Kuwait, al que sólo 300 kilómetros separan de las costas iraníes.
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