"Os traigo una noticia: las aplicaciones de pago han muerto". Los asistentes no se asustan. Como programadores y como consumidores ya se mueven en ese escenario. La segunda perla les preocupa más: "Cada día hay 1.000 nuevas aplicaciones en el mercado. Eso sí que es competencia", incluso para uno de Bilbao. Eneko Knorr, bilbaíno de Vitoria, es el conferenciante y también el director de DevUp, la primera reunión española dedicada exclusivamente al ecosistema del iPhone y del iPad.
Alrededor de 400 personas, el 90% hombres, llegan al Liceo de Barcelona para enterarse de las últimas tendencias. "El 80% de las aplicaciones del mercado son de pago", continúa Knorr, "pero el 80% de las descargas son gratuitas. De las 50 aplicaciones con más ingresos hay 23 gratis". El número sube a 26 si solo se cuentan los juegos.
Sabido esto, la pregunta inmediata es cómo hacer dinero con algo que se regala. Si la exposición de Knorr fue de 20 minutos, las respuestas a la pregunta ocuparon 10 horas.
Con 314.644 aplicaciones solo en App Store (datos de ayer de Distimo), más las 200.000 de Android deambulando en otros móviles, la visibilidad de una aplicación por generación espontánea es imposible. "De nada vale tener un juego (el 60% de las aplicaciones lo son) buenísimo si no te ven", dice Knorr.
Para eso hay soluciones, principalmente empresas de marketing dedicadas a llevar tráfico a ese nuevo juego. Eso sigue suponiendo más gastos para algo que se regala, pero a partir de ahí se puede conseguir presencia: que la gente te vea, te descargue y te pruebe y, por tanto, que guste. Conseguidas buenas críticas, buenos comentarios, se pondrá en marcha la reproducción viral de las redes sociales y con ello empezarán a llegarán los ingresos por clics publicitarios. Menos del 4% de los usuarios gasta dinero real con los juegos, sin embargo, un 35% pica con las monedas virtuales, y el 100% con la publicidad. Esas son las vías para obtener ingresos.
Aquí el ecosistema Apple se quiebra. La mayoría prefiere la aplicación publicitaria AdMob (Google) al iAd. "De momento AdMob es mejor", reconoce Jaume Cornadé, de Bazinga.
El diseño es fundamental en el mundo App. "En tiempos de Symbian [el sistema operativo de Nokia]", recuerda Carlos Marín, de Moviforum, "el 55% del tiempo de un desarrollador se lo llevaba la codificación y solo el 5% el diseño; con el iPhone el 40% del tiempo es para diseño y el 20% para codificación".
Cómo hacer que los usuarios se enamoren de tu app, reza una de las ponencias de DevUp. El diseño es básico. "Una regla es simplificar la lista de funcionalidades", explica Sergi Vila de Telefónica I+D. La pantalla del ordenador no es la del iPhone -algún defecto tenía que tener-, lo que obliga a pocos botones, pocas instrucciones y bien grandes. Otra regla: "Siempre hay que recompensar al usuario. Responder positivamente a la pregunta: ¿para qué me sirve esto?".
Bert Brautigam incide en que las aplicaciones funcionen en cualquier desplazamiento del usuario, del metro al avión, y que sean lo más visuales posible.
Antes de que el negocio de una aplicación gratuita eche a andar, hay que conseguir la aprobación de Apple. Albert Nadal recuerda su mala experiencia con Calico Electronico. "Tuve que suprimir las palabras y las imágenes que ellos consideraban soeces o sexuales". A Miguel Muñoz, desarrollador de un juego de Chapas, le censuraron las palabras World Cup, "porque era marca registrada".
Ituri Knorr va presentando y despidiendo a los ponentes con puntualidad suiza, y aún le da tiempo para relajar el ambiente. "¡Seguridad, seguridad!", grita Ituri. "Hay una BlackBerry entre el auditorio". Siempre hay algún rarito, aunque la audiencia es la mayor concentración española de iPad, desde la propia presentadora a un público que, mientras escucha, escribe, twitea, navega y juega desde la tableta. Todo gratis.
El Pais
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