Estas nuevas tecnologías que podrían verse en el nuevo modelo evidencian que Apple quiere romper la barrera de uso convencional de un móvil si es que no lo ha hecho ya. Si desde el primer iPhone la música, Internet y los mapas digitales dejaron a un lado esa simpleza que ya es llamar por teléfono, ahora el terminal quiere entrar de lleno en casa.
La primera patente pretende convertir al iPhone en una llave electrónica de primer nivel para abrirnos la puerta de nuestra casa. Alta seguridad, uso de la tecnología de radiofrecuencia de corto alcance NFC (Near Field Communications) y hasta 90.000 combinaciones posibles pretenden dotar al iPhone de la seguridad necesaria. El segundo paso es hacer del teléfono un mando a distancia capaz de manejar no solo su sistema de televisión Apple TV, sino un sistema de sonido de cine en casa y hasta los más avanzados videojuegos. Se trata de un proyecto que data de 2007 y del que Apple ha actualizado su patente recientemente para, esperemos, dar el empujón necesario a su nueva criatura electrónica.
Nueva frontera
No nos engañemos, el reto del nuevo dispositivo no será hablar de prestaciones puras, sino de uso, de integración. En resumidas cuentas de ir más allá en cuanto a su utilidad como dispositivo electrónico, algo que Apple sabe hacer como pocos.
En la firma de Cupertino saben que la carrera por la tecnología pura la tienen perdida. Con móviles con cámaras de 12 megapíxeles en el mercado, hasta 32 GB de memoria y pantallas de 4,3 pulgadas, es imposible que lancen al mercado algo nuevo y revolucionario desde un punto de vista técnico. Ahora bien, cambiar el mundo es el lema de la firma y el nuevo iPhone 4G intentará cambiarlo con las nuevas funciones que nada tengan que ver con lo que hace un teléfono.
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