Fuente: Libertad Digital.
Antes de ocupar el cargo de primer ministro, Gordon Brown fue durante muchos años la mano derecha de Tony Blair en el anterior Gobierno británico. Sin embargo, su gestión al frente de la cartera de Hacienda está ahora en entredicho debido a su decisión de poner a la venta las reservas de oro del país.
Entre 1999 y 2002, Brown ordenó vender 395 toneladas de oro de las 715 que en total poseía el Banco de Inglaterra -más de la mitad de las reservas-, justo cuando su precio marcaba su valor mínimo en 20 años. Desde entonces, el precio del metal amarillo se ha multiplicado por cuatro y, en la actualidad, cotiza cerca de los 1.100 dólares por onza.
Brown vendió el oro británico en 17 subastas celebradas entre 1999 y 2002, a un precio que osciló entre los 256 y los 296 dólares por onza. El dinero obtenido por la venta de estos activos se invirtió en la compra de moneda fiduciaria, en concreto, dólares, euros y yenes. Sin embargo, en los últimos años el precio del oro se ha disparado. Como resultado de dicha venta, los contribuyentes británicos han perdido ni más ni menos cerca de 7.800 millones de euros.
Una cifra muy superior a las pérdidas que han sufrido los contribuyentes españoles (1.500 millones entre 2005 y 2008), después de que el ex ministro de Economía Pedro Solbes pusiera en marcha una operación similar de venta de oro en manos del Banco de España.
En los últimos años, la mayoría de países han comenzado a comprar nuevamente grandes cantidades de oro para incorporar a los balances de sus respectivos bancos centrales, lo cual pone de manifiesto los errores cometidos en el pasado.
De hecho, Brown mantuvo su decisión de venta de oro pese a las reticencias que mostró el Banco de Inglaterra. Los expertos del organismo monetario ni siquiera fueron consultados, y la operación fue gestionada por un pequeño grupo de asesores próximo a Brown. Desde entonces, el Gobierno británico se ha negado reiteradamente a ofrecer información sobre las citadas subastas de activos.
Sin embargo, tras las reiteradas presiones llevadas a cabo por la prensa británica, la Comisión de Información ha ordenado al Tesoro publicar parte de las operaciones de venta ordenadas entonces por Brown. El Tesoro deberá publicar la información solicitada a finales de abril, y aspira a convertirse en un tema polémico de cara a las elecciones generales.
George Osborne, miembro del Parlamento británico y uno de los referentes del Partido Conservador, exigió que la información se hiciera pública de inmediato. “La decisión de Brown de vender nuestras reservas de oro cuando su precio estaba hundido ha costado al contribuyente británico miles de millones de libras. Ha sido una de las peores decisiones realizadas jamás por un ministro de Hacienda”, indicó.
"El pueblo británico tiene derecho a saber lo que pasó con el oroy por qué se ha perdido gran parte de su dinero. Los documentos deben ser publicados de inmediato". En principio, si no existen nuevas trabas administrativas, parte de la información se dará a conocer a finales de abril.
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