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2010/03/27

Ladrones de almas en un mundo virtual

Fuente: El Pais.

A principios de mes, la compañía de videojuegos Blizzard confirmaba que un troyano había quebrado la seguridad de Battle.net, puerta de acceso a los mundos virtuales de algunos de los juegos de rol on-line más populares, como Diablo o Starcraft. El ataque iba dirigido contra World of Warcraft, líder absoluto del sector con más de 12 millones de personas registradas.
Los antivirus llevan años detectando miles de troyanos programados para robar contraseñas de los juegos de rol online. Battle.net había resistido gracias a un triple código de seguridad que vincula la identidad del usuario con una contraseña y con el número de serie de la copia original del juego. Esto preserva el negocio: entrar en la fantasía medieval de World of Warcraft supone unos 60 euros por el CD del juego, más una cuota mensual de 13 euros por disfrutarlo en Red.
La delincuencia en el rol online es particular. No se trata de hacerse con datos bancarios sino de apoderarse de personajes. A veces, los que manejan los troyanos se limitan a quedarse con dinero virtual y objetos; pero si encuentran un personaje especialmente desarrollado roban su alma para ser poderosos en una realidad paralela en la que se invierten muchas horas (una media de 11, según Nielsen Games).
Muchos no se conforman con ser reyes en un mundo fantástico y buscan maneras de convertir el dinero virtual en billetes reales. Hay webs en las que se venden mil piezas de oro de World of Warcraft (una fortuna virtual) por 5 euros. También se puja por las almas de los personajes, por su experiencia y poderes. En eBay se han llegado a pagar hasta 20.000 euros. Un fanático adinerado consigue así ahorrarse miles de horas de aprendizaje. En buymmoaccounts.com hay un amplio surtido de personajes de World of Warcraft con nivel 80 (el máximo). Los precios rondan los 200 euros y los dueños del dominio aseguran que no son robados sino "comprados a terceros".

Prácticas prohibidas

En la otra cara de la moneda está el jugador robado, que un día intenta conectarse y recibe un mensaje de error. Su contraseña ya no es válida y todo el tiempo invertido ha sido en vano. Tendrá que comprarse otra vez el juego y empezar desde cero. Y cuando recorra los bosques y valles virtuales quizás se cruce con el que fue su personaje, ahora en manos de otro.
Estas malas prácticas están prohibidas por las compañías de videojuegos, que castigan a los tramposos con la expulsión; pero el balance entre riesgo y beneficio es más que aceptable. Lo mejor que le puede pasar al creador del troyano es vender los personajes robados por miles de euros. Lo peor, que no le dejen jugar más.
Una manera de contaminarse con estos troyanos es hacer trampas. Existen aplicaciones robot (bots) que cazan y matan en el mundo virtual mientras el jugador de carne y hueso duerme o va al trabajo. Es una manera fácil de aumentar el nivel del personaje sin pasar mucho tiempo ante la pantalla.
Simona Cana, de la compañía de antivirus BitDefender, explica que en la vulneración de Battle.net la vía de acceso fue una aplicación llamada Wow Matrix. La auténtica es de Blizzard y ayuda a actualizar las extensiones de World of Warcraft. Las falsas proliferan en la Red y esconden en su interior el peligroso caballo de Troya. Si se ha sido infectado, hay que buscar en el ordenador el archivo emcor.dll y borrarlo.
BitDefender recomienda también cambiar las contraseñas, tanto la del juego como las de cuentas de correo y webs, pues una vez dentro del sistema el troyano es capaz de robar cualquier tipo de información.
El robo de unos miles de contraseñas de un juego online puede parecer un asunto menor; pero el dinero no lo es todo cuando el principal objetivo es evadirse y prosperar en realidades alternativas. Por 7 euros se venden manuales de autoayuda para el mundo virtual como Ser un guerrero realmente poderoso en diez sencillos pasos. En este proceso, hay quien invierte tiempo, ilusión y buena parte de su personalidad. Luis Corrons, del antivirus Panda y jugador de rol en sus ratos libres, advierte: "El daño psicológico de perder a tu personaje puede ser traumático".

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