Fuente: El Periodico.
Los ciudadanos en general todavía no nos enteramos de qué va la película, pero los expertos en la materia se llevan las manos a la cabeza ante el despilfarro energético que supone enterrar en vertederos buena parte de las miles de toneladas de basura que se generan a diario. Por ello, y por motivos económicos y medioambientales, las cementeras españolas están empezando a sustituir el coque de petróleo (producto residual de elevado contenido en carbono) por un combustible derivado del reciclaje de las basuras urbanas.
La empresa Cemex ya ha iniciado el proyecto de forma experimental en sus plantas de Alicante y Buñol (Valencia) y, a mediados de julio, lo hará en la de Alcanar (Montsià) tras firmar un convenio con la Conselleria de Medi Ambient. «El enerfuel es la energía del futuro», afirma Francisco Iniesta, director de la fábrica de Alcanar. Después de un año de prueba y estrictas mediciones, valorarán su aplicación para el futuro.
El procedimiento es nuevo en España, pero en Europa hace ya 30 años que lo utilizan con resultados sorprendentes. El ejemplo de Alemania es ilustrativo. De los 400.000 vertederos que existían a principios de los 70, se pasó a 350 en el 2007.
Este combustible, al que los especialistas se refieren como CDR (combustible derivado del residuo) es el resultado del tratamiento al que se somete la basura. Para su elaboración utilizan lo que podríamos llamar la basura de la basura. Es decir, los desperdicios que a diario van a los contenedores y que normalmente no admiten otro reciclaje.
Palillos, trozos de madera, envoltorios de caramelos, calcetines rotos y retales de tela en general sirven para producir el enerfuel con el que se sustituye el coque de petróleo. La empresa Sanea del grupo Griñó, de Constantí (Tarragonès), se encargará de elaborar y suministrar el enerfuel a la planta de Alcanar.
VIRUTAS INOLORAS / El resultado final son una especie de virutas que no desprenden mal olor y permiten un «proceso limpio», aseguran los responsables de Cemex. Además de reducir el coste energético del país y la proliferación de vertederos (emisores de gas metano), la utilización de enerfuel no produce emisiones de efecto invernadero, no genera desechos en el proceso de producción, las cenizas de la combustión las absorbe el cemento y la atmósfera que se crea en los hornos previene la emisión de gases nocivos.
Entre los inconvenientes del enerfuel, según Francisco Asensio, responsable de sostenibilidad de Cemex, es que tiene la mitad de potencia calórica que el coque. «Para sustituir el 80% de este combustible fósil (80.000 toneladas), que es el objetivo a medio plazo para la planta de Alicante, se necesitan 160.000 toneladas de enerfuel», apunta Asensio.
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