En lugar de un portátil, un lápiz de memoria. En lugar de los 100 dólares que iba a costar áquel, cinco. Éste es el proyecto del expresidente del proyecto Un Portátil para cada Niño (One Laptop per Child, OLPC). La idea del OLPC lanzada por Nicholas Negroponte no ha cuajado como se esperaba. La falta de encargos masivos ha encarecido la fabricación del portátil pensado para ser distribuido en los países pobres para que los niños tuvieran acceso a la informática e Internet. Walter Bender, que estuvo al frente del proyecto, ha propuesto ahora una alternativa más radical y económica. En lugar de distribuir nuevas máquinas, se trata de emplear un lápiz de memoria que contenga programas y contenidos educativos que actualicen los viejos ordenadores ya existentes.
Según publica Technology Review, del MIT, Bender pretende dar nueva vida a "millones de máquinas decrépitas". Bender abandonó OLPC el año pasado y fundó Sugar Labs que promueve el empleo de programas abiertos en el ámbito de la educación. Los programas pueden ser descargados gratuitamente de la página de Sugar Labs
El intefaz de Sugar ha sido diseñado pensando en los niños. Contiene un paquete básido de unos 40 programas como tratamiento de texto e imágenes y juegos. Descargados en un lápiz de memoria pueden trabajar en un ordenador de sobremesa o un portátil. También ofrece un servidor de programas que, descargado por la escuela, puede distribuir contenido, filtrar acceso a Internet y facilitar tareas colaborativas. La interfaz de Sugar ha sido empleada por cerca de un millón de niños, casi todos vinculados al proyecto OLPC. Bender abandonó el proyecto de Negroponte cuando se abrió a la participación de Microsoft y admitió el empleo de software propietario.
El proyecto OLPC preveía en 2006 distribuir cien millones de ordenadores en dos años. En la actualidad se calcula que hay un millón de máquinas en uso, en 19 idiomas y repartidas en 32 países.
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