Steve Jobs utiliza al frente de Apple técnicas de desinformación similares a las del Pentágono, y guarda sus productos con el mismo recelo que la CIA protege sus secretos y vigila que sus empleados no se pasen al enemigo.
El creador del iPod y el alma del iPhone está obsesionado con la seguridad, en ocultar información a la competencia y a los medios informativos y en perseguir fugas, a traidores y a oportunistas que trabajan en Apple. Y lo hace en todos los asuntos relativos a la compañía tecnológica de EE UU que en tres días ha vendido un millón de unidades de su nuevo iPhone 3GS. Renovados diseños de reproductores MP3, ordenadores, móviles y hasta su salud que tanto preocupa y distrae a Wall Street.
La obsesión de Jobs por el secreto forma parte de la cultura interna de su multinacional. El fundador de Apple suele lanzar campañas de desinformación internas para transmitir a los empleados sus excitantes ideas e incluye datos falsos para saber quién pasa información a la prensa o a la competencia.
"No comunican nada a nadie. Son una caja negra", asegura al periódico The New York Times Gene Munster, analista de la consultora Piper Jaffray. "No he visto una cosa como esta en otras empresas", admite Mark Hamblin, un ex empleado que trabajó en la tecnología de las pantallas del iPhone.
Trabajo por separado
Para entrar en las zonas donde se diseñan los nuevos productos se necesitan tarjetas especiales, códigos numéricos secretos que cambian constantemente y la supervisión de vigilantes. Los ensayos de los nuevos modelos los realizan pequeños equipos que no entran en contacto hasta el último momento para que nadie pueda ver el producto final.
Según relata el rotativo estadounidense, cuando los ingenieros trabajan con un renovado iPhone tienen que manipularlo con sumo cuidado, tapando el aparato con telas negras y advirtiendo, con una luz roja sobre su mesa, que la zona es ultrasecreta y que nadie puede entrar para mirar.
Jobs ha ocultado ala mayoría de su compañía su estado de salud y el trasplante de hígado al que ha sido sometido. Tras los rumores, el Hospital de Tennessee confirmaba ayer que el fundador de Apple fue operado con éxito hace dos meses.
EL APUNTE
Un perfil vital para mitómanos
Steve Jobs (San Francisco, 1955) es adoptado por una familia de clase trabajadora y no termina los costosos estudios universitarios. Junto a su amigo Steve Wozniak idea el primer ordenador personal en el garaje de casa de sus padres después de que Hewlett Packard rechazase el proyecto. Nace así la compañía Apple.
Con 27 años, Jobs es millonario ya los 30, despedido de su propia empresa. Durante ese tiempo compra Pixar y, años después, retoma el control de Apple. En 2005 se trata de un cáncer de páncreas y no cesan los rumores sobre su salud. En breve podría reincorporarse al trabajo tras una baja de seis meses.
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