En cualquier ciudad de América Latina se pude comprar el último estreno de Hollywood por menos de un dólar, y sin embargo es precisamente en esas tierras ganadas por la "piratería" en donde una compañía estadounidense de la que pocos han escuchado hablar quiere montar el negocio legal de distribuir video a través de internet.
La piratería golpeó duramente a muchos distribuidores de video América Latina y fue un factor que ayudó a la desaparición de grandes cadenas como Blockbuster.Pero no parece ser un punto de consideración en los planes regionales de Netflix, el sistema estadounidense de distribución de películas.
Esta semana Netflix empezó en Brasil el proceso de lanzamiento de sus servicio que, cuando se complete el 12 de septiembre, le dará presencia en 48 países de la región, la mayor expansión de sus operaciones hasta ahora limitadas a EE.UU. y Canadá.
Se trata de un mercado potencial de 400 millones de usuarios con el que la empresa, con sede el California, espera aumentar su base de suscriptores actualmente de 25 millones, según los datos que ofrece la compañía en su sitio web.
El reto empresarial no será sólo para los distribuidores de contenido en video que sobreviven en América Latina, sino para la propia Netflix que previsiblemente encontrará retos con los que no ha tenido que lidiar en sus operaciones en América del Norte.
Desde la calidad de las conexiones de Internet hasta la posibilidad de que sea usada como nueva fuente de contenidos para el activo mercado de productos "pirateados".
Primero Brasil, último México
Netflix, creada en 1997, se define como el mayor servicio de suscripción de películas y televisión del mundo.Inicialmente distribuía DVDs mediante correo, pero desde 2007 introdujo la opción de streaming o transmisión en línea que permite ver contenidos "instantáneamente" a través de una computadora o un aparato con conexión Internet (televisor, reproductor de video o consola de juego).
Para América Latina esa será la única posibilidad que tendrán los clientes, en buena medida para evitar las complicaciones de lidiar con los sistemas postales de cada país, que suelen ser poco confiables.
Brasil ha sido el primero en el cronograma de lanzamiento, que el martes seguirá con Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia; luego con Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela, y el 12 de septiembre finalizará con México, Centroamérica y el Caribe.
El costo del servicio varía desde los US$9 que se cobrará a los brasileños hasta los US$7 para la mayoría de la región.
Aunque los voceros de la empresa no han ofrecido estimados de cuántos nuevos clientes piensan captar en América Latina, muchos analistas aseguran que la empresa trata de equilibrar las posibles pérdidas que tendrá en las operaciones norteamericanas por problemas en la marcha de sus negocios (ver recuadro).
Cuestión de paciencia
Netflix asegura que sus clientes latinoamericanos podrán obtener videos en línea con la misma calidad con que los reciben los estadounidenses o canadienses, sólo dependiendo de la calidad de la conexión."Si puedes ver bien un video de YouTube a través de tu conexión de banda ancha podrás ver uno nuestro", aseguró desde Brasil a BBC Mundo Jonathan Friedland, vicepresidente de comunicaciones corporativas globales de Netflix
"Tenemos un sistema muy avanzado de adapted streaming que se ajusta a la calidad de la conexión. En el caso de que el suscriptor tenga una conexión muy buena muchas de las películas les podrían llegar en alta definición. Si es más lento les llegaría en definición estándar o menos".
Dependiendo del estándar se use de referencia, banda ancha puede ser desde las conexiones de 256 Kbytes por segundo, según regulaciones europeas, hasta 1 Megabyte de la Comisión federal de Comunicaciones de EE.UU.
En EE.UU. se considera que un tercio de los usuarios cuentan con una conexión de alta velocidad.
En Brasil, que concentra la mitad de lo usuarios de la región, sólo un 20% tiene una velocidad superior los 500 Kbytes -según un reporte de Nielsen Online- cuando la mínima ideal para ver video en línea es 800 Kbytes.
El especialista en tecnología de BBC Mundo, David Cuen recuerda que aunque la banda ancha en América Latina ha mejorado sustancialmente en los últimos años no ofrece la misma rapidez en todos lados.
"La calidad del video dependerá de la calidad de tu conexión o tu paciencia. En Ciudad de México o Sao Paulo es veloz, pero en otras ciudades puede ser muy lenta aunque todavía te sirve para el streaming de Netflix.
Sin temor a la piratería
A los responsables de Netflix no parece preocuparles el potencial uso ilegal de los contenidos de ese archivo, pese a que América Latina es considerada una de las peores regiones del mundo en lo que se refiere a piratería."Eso es imposible porque cuando haces streaming no estás bajando nada, estás viendo el contenido desde un servidor. Así que no hay manera de que alguien lo copie", afirmó Friedland.
"Además, la mayoría de nuestros productos son películas que ya se fueron de los teatros, no son contenidos nuevos. Es igual que en EE.UU. y si no es un problema en EE.UU. ¿por qué va a serlo en América Latina?".
Al igual que algunos "piratas" copiaban películas grabando con cámaras en los cines de estreno, alguien podría usar la pantalla de alta definición y una buena conexión de Internet para eventualmente "quemar" y vender discos.
"No creo que ese escenario planteé un problema significativo", dijo a BBC Mundo Kelsey Zahourek, directora de la Alianza de Derechos de Propiedad, un grupo ubicado en Washington que aboga por la defensa de los derechos de propiedad comercial e intelectual
"No hay duda que la piratería es rampante en América Latina, pero de hecho creo que la llegada de Netflix a la región tiene el potencial de reducir los niveles de la piratería al ofrecer a los consumidores una alternativa legítima a los DVD de contrabando", afimó Zahourek.
Videomanía global
Con su movida latinoamericana Netflix parece estar buscando aprovechar una tendencia creciente en el mundo entero: el consumo de videos en linea, tanto en vivo como el mas popular por demanda.Según cifras de comScore, una empresa de servicios digitales que hace seguimiento al mercado digital, países como México, Argentina y Brasil la gente está viendo cada vez más videos en línea.
Así, el 87% de los usuarios mexicanos ven en promedio más de 11 horas de video al mes, mientras que el 82% del Reino Unido lo hacen un promedio de 19 horas mensuales.
En EEUU es el 85% pero emplean 15 horas al mes. Se considera que las diferencias se deben a la calidad de la banda ancha.
Al final, uno de los mayores obstáculos podría no ser técnico, sino cómo competir con la costumbre de comprar ese video "pirateado" que por poco precio ofrece casi la misma experiencia "instantánea" que promete Netflix.
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