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2011/09/05

Lecciones de Steve Jobs que ningún ejecutivo debería olvidar

¿Qué será de Apple sin Jobs? ¿Seguirá esta empresa marcando el paso en materia de innovación tecnológica, sin su carismático líder?

Especulaciones e incertidumbre sobre el futuro de una de las marcas más valiosas del mundo, ha sido la tónica que acompañó la renuncia de Steve Jobs (creador y otrora CEO de Apple) en los últimos días.

No es para menos, pues este hombre logró crear una de las marcas más poderosas del mundo; un reto que requiere de una inversión, pero sobre todo de creatividad constante.

Pero ¿cómo logró este empresario crear una marca que genera expectativas tan altas en los consumidores, al grado de que sus clientes corren y hacen filas interminables para comprar productos que no conocen aún, inclusive una semana antes de su lanzamiento?

Lograr sobresalir y posicionarse de manera exclusiva e inconfundible en la mente del consumidor implica ser cada vez más creativo, invertir tiempo y dinero en el desarrollo de nuevas técnicas de atracción y no solamente fijar su atención en la calidad o en los precios de sus productos o servicios.

Recuerde: existen también otros atributos intangibles, que nos ayudan a posicionarla y a hacerla perdurable con el paso del tiempo.

Apple es un buen ejemplo de cómo una marca puede ser el reflejo de la dinámica de una empresa y de su creador. Quien compra un producto con el logo de la manzana, sabe lo que está comprando, tiene garantía del servicio que va a recibir y sabe qué puede esperar del producto.

Esto porque la cultura organizacional de la empresa se ve reflejada en sus empleados, tiendas y productos.

Y, además, el servicio, la venta y la posventa, la decoración de sus tiendas, la forma de comunicar y relacionarse, desde los directivos hasta el último de los empleados corresponde a un determinado perfil, a un determinado esquema que genera marca y en gran parte a eso se debe el éxito de Apple.

Lo propio, apuesta visionaria Desde sus inicios Jobs tuvo la certeza de que sus ideas eran buenas y que tenían un valor. Debido a esto, protegió así todas sus invenciones.

Gracias a ese esfuerzo, hoy por hoy se le reconoce el éxito que ha tenido y el legado que ha dejado a la humanidad con sus innovaciones y creaciones.

Como empresario, usted debe hacer lo mismo, proteger sus ideas y proyectos para que estos adquieran un valor comercial. Una vez registrado, usted adquiere título de propiedad sobre el mismo; un activo que pasa a formar parte de su patrimonio, un activo que usted puede vender, ceder, licenciar e, incluso, heredar, si quisiera. Una vez protegida la marca, usted puede empezar a crear una imagen corporativa sólida, que le permita darse a conocer y darle valor a su marca.

Muchos empresarios exitosos viven aterrorizados pensando en qué pasará con la empresa en el momento que deban delegar en otros el negocio. Es importante plantearse esta situación y prepararse para la sucesión.

Si usted ha protegido y registrado todos sus activos intangibles, estos seguirán siendo suyos y podrán perdurar en el tiempo, pero para mantener el negocio y potenciar esas marcas, usted debe preocuparse también por crear dentro de su empresa una cultura organizacional ética que trabaje focalizada en potenciar dichas marcas.

También es recomendable proteger toda la información a la que tienen acceso sus colaboradores. Nos referimos a prácticas que Jobs hizo "naturales" dentro de su organización: registrar los secretos comerciales, crear contratos de confidencialidad y, muy importante, generar un clima organizacional responsable, ético y enfocado en hacer crecer la marca.

"Es cierto que marca el fin de una era, pero no hay que olvidar que Apple es mucho más que una persona y él ha preparado desde hace mucho tiempo su sucesión, instaló una cultura de empresa y una organización interna en donde se aplican militarmente las reglas del secreto, con personas de confianza que la van a perpetuar. Es cierto que Steve Jobs era el gran visionario, pero también lo ha sabido inculcar a la gente", dijo su colega Michael Gartenberg.

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