Una mayor inmersión en los videojuegos, movimientos más reales y nuevas posibilidades para un ocio interactivo que, como el cine, también quiere tener tres dimensiones. Eso es Nintendo 3DS, una consola que puede convencer más o menos y que puede llevar a los usuarios a preguntarse si era necesario jugar en 3D pero que, sin duda, sorprende. "Supone ver la realidad tal cual es", dijo este viernes el divulgador Eduard Punset durante la presentación de la consola.
El 25 de marzo, fecha del lanzamiento a 250 euros, Nintendo se enfrentará a un reto aún mayor que cuando quiso demostrar con la Wii que los videojuegos no tenían por qué ser estáticos. Su 3DS lo tiene más difícil porque sus posibilidades no pueden comprobarse en un vídeo o en una fotografía. Su mayor baza, los efectos 3D de una pantalla que no necesita gafas, sólo pueden apreciarse en persona y cuando el usuario se encuentra frente a ella. Cualquier intento de verlos en un ángulo diferente mostrará una imagen borrosa de los 13 juegos con los que contará el día de su lanzamiento.
En un sector en el que apenas hay margen para innovar en el apartado gráfico, la apuesta de Nintendo descubre nuevas vías que explorar. Y eso siempre debería ser una ventaja. Quizás la fecha de salida sea un buen augurio. Se pone a la venta el mismo día que el iPad 2, la continuación de un dispositivo del que muchos dudaron y que ha logrado inaugurar una nueva gama de productos. Quizás a corto plazo todas las consolas portátiles sean 3D y lo habitual sea restringir ese efecto si no se desea, como sucede en esta máquina con regulador de profundidad. Es la opción que deben elegir los niños menores de 6 años, los usuarios estrábicos y aquellos que sólo pueden ver por un ojo.
Ha llegado el momento de comprobar si a los usuarios les interesa esta tecnología en su vida cotidiana, y si el escaso 2% de televisores 3D vendidos en 2010 se ha debido únicamente a una cuestión de precio.
Publico
El 25 de marzo, fecha del lanzamiento a 250 euros, Nintendo se enfrentará a un reto aún mayor que cuando quiso demostrar con la Wii que los videojuegos no tenían por qué ser estáticos. Su 3DS lo tiene más difícil porque sus posibilidades no pueden comprobarse en un vídeo o en una fotografía. Su mayor baza, los efectos 3D de una pantalla que no necesita gafas, sólo pueden apreciarse en persona y cuando el usuario se encuentra frente a ella. Cualquier intento de verlos en un ángulo diferente mostrará una imagen borrosa de los 13 juegos con los que contará el día de su lanzamiento.
En un sector en el que apenas hay margen para innovar en el apartado gráfico, la apuesta de Nintendo descubre nuevas vías que explorar. Y eso siempre debería ser una ventaja. Quizás la fecha de salida sea un buen augurio. Se pone a la venta el mismo día que el iPad 2, la continuación de un dispositivo del que muchos dudaron y que ha logrado inaugurar una nueva gama de productos. Quizás a corto plazo todas las consolas portátiles sean 3D y lo habitual sea restringir ese efecto si no se desea, como sucede en esta máquina con regulador de profundidad. Es la opción que deben elegir los niños menores de 6 años, los usuarios estrábicos y aquellos que sólo pueden ver por un ojo.
Ha llegado el momento de comprobar si a los usuarios les interesa esta tecnología en su vida cotidiana, y si el escaso 2% de televisores 3D vendidos en 2010 se ha debido únicamente a una cuestión de precio.
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