Harto de tener que llevar un montón de llaves en el bolsillo y usarlas para todo, Joe Wooller, un ciudadano de Perk, Australia, de 28 años ha decidido implantarse en su mano derecha un chip de identificación por radiofrecuencia (RFID, sus siglas en inglés) para acabar con el problema.
Según recoge el diario The Sydney Morning Herald, el chip no requiere baterías, puede durar muchos años y se comunica con un receptor conectado a las puertas, por ejemplo, a través de un campo magnético.
"El objetivo era en realidad deshacerme de mis llaves y para tratar de minimizar la cantidad de obstáculos que uno tiene en sus bolsillos", dijo Wooller.
Hasta el momento, Wooller puede abrir la puerta de su casa, arrancar su moto y abrir las puertas de su coche tan solo con acerca la mano. El único problema es que todavía necesita una llave para quitar el tapón del combustible de su moto. "El poder ser capaz de saltar sobre ella (la moto) y dar un paseo es bastante bueno", aseguró.
En el mes de junio Wooller se sometió a una intervención quirúrgica para que le implantaran el chip y afirma que muchos de sus amigos quieren seguir sus pasos. "Ha quedado una pequeña cicatriz y el chip se ha movido ligeramente desde que me lo implantaron y se mueve alrededor de vez en cuando pero no se nota", asegura Wooller.
La Vanguardia
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