Estonia culmina este sábado su afirmación como Estado europeo al convertirse en el décimo séptimo país en ingresar en la zona euro y la primera de las ex repúblicas soviéticas en adoptar la moneda comunitaria.
El pasado 13 de julio, los ministros de Finanzas de la Unión Europea (UE) aprobaron la entrada de la vecina república báltica en la eurozona a partir de 2011 y fijaron la tasa de cambio en 15,6466 coronas estonias por euro.
Para el gobernante Partido de las Reformas, éste ha sido el mayor logro de Estonia en 2010, acompañado de la recuperación de la confianza y la estabilidad en la economía, así como de la reducción del desempleo en el país, que de marzo a noviembre cayó del 14,6 al 10,3%.
El vicepresidente de esa formación, Keit Pentus, ha destacado que la adopción del euro es consecuencia del "esfuerzo común de todo el pueblo de Estonia".
Por su parte, el ministro de Finanzas estonio, Jürgen Ligi, subrayó que a lo largo de 2010 el país ha continuado poniendo en orden su economía, lo que le ha supuesto el reconocimiento internacional y el derecho a ingresar en la zona euro.
"Hemos podido dar nuestra opinión en la reforma de la política económica de la Unión Europea y para el presupuesto de 2011 se cuenta con una cantidad colosal de medios en inversiones estatales, con 16.000 millones de coronas (unos mil millones de euros)", señaló.
En 2009, el déficit presupuestario de Estonia se situó en el 1,7% del PIB, frente al 3,3% de Alemania, el 8% de Francia, el 12% de Reino Unido y el 13% de Grecia.
En la Unión Europea, el agujero presupuestario ascendía al 6,8%, en la zona euro al 6,3%, cuando uno de los principales criterios para formar parte de la misma es la de que el déficit presupuestario no supere el 3%.
Según los pronósticos de la Comisión Europea, Estonia cerrará el 2010 con un déficit presupuestario del 2,4%, lo que sitúa al Estado báltico entre los pocos miembros de la UE que cumplen este criterio de la zona euro.
A pesar de las dificultades fiscales de algunos miembros de la zona euro como Grecia, Irlanda y Portugal y los temores de deudas a largo plazo que frenen el crecimiento, Estonia ha mantenido su entusiasmo por su ingreso en la eurozona, que supone la culminación de su giro al Occidente tras la caída de la Unión Soviética en 1991.
Según las últimas encuestas, la mayoría de los estonios están a favor de la introducción del euro en su país.
"Estoy contenta con el euro. Atraerá turistas y flujo de inversiones en el futuro. Al principio puede que sea difícil, pero a la larga será beneficioso", señaló Annika Ulem, ejecutiva hotelera.
Según estadísticas oficiales europeas, Estonia es el país más pobre de la eurozona en cuanto a Producto Interior Bruto per cápita y constituirá la tercera economía más pequeña de la eurozona, al representar tan sólo el 0,2% del total del bloque.
20minutos
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