Estas partículas tienen un tamaño de centésimas de milímetro, pero su procedencia convierte a Japón en el primer país que logra traer a la Tierra polvo de un asteroide. Es también la primera misión en aterrizar en un cuerpo celeste y traer muestras de minerales extraterrestes tras las visitas tripuladas a la Luna de EEUU y sus contrapartidas no tripuladas por parte de la URSS.
"Es un hito histórico", celebró ayer el ministro nipón de Ciencia y Tecnología, Yoshiaki Takagi, durante una rueda de prensa para celebrar el resultado de los análisis, informa la BBC. "Esto estaba más allá de mis sueños, estoy desbordado por la emoción", confesó Junichiro Kawaguchi, líder de la misión. Los resultados son un enorme espaldarazo para Hayabusa 2, una nueva excursión a un asteroide que saldría el próximo año si el Gobierno no la cancela debido a la crisis.
La Hayabusa, halcón en japonés, es un ejemplo de testarudez. Fue la primera nave que aterrizó en un asteroide tras cubrir 300 millones de kilómetros, casi 800 veces la distancia entre la Tierra y la Luna. Su sistema para recoger muestras no funcionó. El 13 de junio volvió a la Tierra con tres años de retraso y todos los motores en mal estado. Nadie sabía si había logrado su última misión imposible, que sus cámaras selladas hubiesen captado por casualidad una pizca de polvo extraterrestre.
El material, llevado a Japón bajo el más alto secreto desde la reserva militar de Australia donde aterrizó, contiene "partículas de roca de origen extraterrestre" que, según la JAXA, "pertenecen de forma definitiva" al Itokawa. Contiene en su mayoría olivina y piroxeno, además de cantidades menores de plagioclasa y sulfuro de hierro.
La JAXA analizó con un microscópo electrónico de barrido qué proporción de hierro y magnesio había en estos materiales, un número que identifica si son extraterrestres o si se colaron en las cámaras de la Hayabusa durante el lanzamiento o el aterrizaje.
"Los responsables de la misión nunca creyeron poder traer muestras de vuelta, esto es casi un milagro", explica a Público Patrick Michel, investigador del Observatorio de la Costa Azul en Francia y colaborador de la misión.
Mientras la Hayabusa daba vueltas a Itokawa, Michel se encargó de inferir la composición y origen de esta roca de medio kilómetro de largo y forma de patata con las cámaras que el ingenio llevaba a bordo.
Las muestras rescatadas son claves para estudiar el Sistema Solar, pues contienen minerales primordiales con información sobre cómo era este sistema hace millones de años.
"Es un método muy fiable", opina Julia de León, experta en meteoritos del Instituto de Astrofísica de Andalucía. Pero la técnica usada para determinar la procedencia de las muestras no convence aún a todos. "Los resultados parecen creíbles, pero son necesarios más análisis para confirmarlos", explica a este diario Michael Drake, que pretende liderar una misión de la NASA que emule a la Hayabusa.
Las partículas son un tesoro científico para el futuro. Las únicas rocas extraterrestres que se conservan, aparte de las de la Luna, son las de los meteoritos. Como estos soportan altas temperaturas al atravesar la atmósfera, era hasta ahora imposible saber si los compuestos que los investigadores encuentran en ellos son representativos de las rocas intactas que surcan el espacio o sólo contienen un 1% de sus ingredientes originales, señala Michel.
A primera vista, las muestras intactas de la Hayabusa son un alivio para los expertos. La olivina y el piroxeno son componentes abundantes de las condritas, un tipo de meteorito recogido muchas veces en la Tierra .
"Al igual que pasó con las rocas de la Luna, las muestras de Hayabusa nos ayudarán a calibrar mejor nuestros instrumentos para hacer nuevas observaciones", explica Faith Vila, astrónoma de la Universidad de Arizona que fue enlace entre EEUU y Japón durante la misión.
Insuficiente para datación
El siguiente paso, ponerle edad al asteroide, podría ser imposible. La clave es la cantidad de polvo que se necesita para realizar un análisis isotópico. Este tipo de prueba requiere destruir parte de las muestras para estudiar el tipo de oxígeno que contienen, lo que permite descartar que las muestras proceden de la Tierra. "Ese análisis sería la prueba concluyente", opina Drake.El gran problema es que Japón sólo tiene un pellizco microscópico del material. "La muestra con 1.500 partículas de diez micras no llega al medio miligramo, según la densidad de la olivina y el resto de compuestos", advierte De León, quien opina que no es suficiente para realizar una datación.
Según Drake, quien lidera el proyecto OSIRIS-REx con el que la NASA quiere ir y volver a un asteroide, se necesitan "al menos 65 gramos de polvo para poder hacer todas las comprobaciones". "Los japoneses han sido los primeros en llegar a un asteroide, pero creo que no vamos a aprender mucho de ellos en cuanto a resultados científicos", sentencia.
"Hay suficiente material para que lo analicen varios equipos", opina Josep Maria Trigo, investigador del Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC-IEEC). Trigo participó en la misión Stardust de la NASA, que en 2006 trajo unos pocos nanogramos de partículas de la cola del cometa Wilt 2. Esa cantidad de material, señala Trigo, sería suficiente ahora para datar la formación del objeto. La JAXA ya ha confirmado que enviará las muestras a varios laboratorios extranjeros para hacer estudios más detallados.
De la Luna al ‘asteroide patata'
1. ‘Apolo' y ‘Luna'
La carrera espacial entre EEUU y la Unión Soviética propició la mayor recogida de muestras de rocas y polvo extraterrestre de la historia. Muchas de ellas fueron recogidas por los astronautas del programa ‘Apolo' de la Nasa, que pusieron sus pies sobre la Luna por primera vez en julio de 1969. Por su parte, los soviéticos lograron traer material lunar en tres ocasiones, entre 1970 y 1976, dentro del programa de sondas no tripuladas ‘Luna'. 2. ‘Genesis'
En 2004, esta sonda de la NASA logró traer a la Tierra partículas de viento solar, aunque la mayoría quedaron contaminadas tras el aterrizaje de la cápsula. 3. ‘Stardust'
Trajo partículas del cometa Wild 2 en 2006. La misión actual de esta sonda es visitar el cometa Tempel 1.4. ‘Hayabusa'
Es la primera nave que ha aterrizado en un asteroide y ha regresado con muestras de su suelo. La agencia japonesa planea una segunda misión en 2011.Publico
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