Lo más complicado de la misión Mars 500 está aún por llegar. Sus tripulantes pasarán casi un año y medio en el módulo de aislamiento y los psicólogos saben que la parte más dura comenzará durante el octavo mes.
"Se conoce como fenómeno del tercer cuarto", explica a Público el neuropsicólogo de la Universidad de Cádiz Gabriel G. De la Torre. Junto a expertos de la Universidad de Valencia, la Universidad Politécnica de Valencia y la Universidad Jaume I de Castellón, De la Torre lidera el único experimento español de Mars 500. "El tercer cuarto es el más duro porque los tripulantes aún ven lejos el final, es el punto más crítico", explica el experto.
El desgaste puede hacer que los participantes se depriman e incluso tengan comportamientos agresivos. Así lo demuestran los experimentos previos más parecidos a Mars 500, que se han realizado en bases antárticas donde los grupos de científicos pasan más de un año aislados y con una mínima posibilidad de escape, señala De la Torre. "Una vez pasado el tercer cuarto suele regresar la motivación, pues los participantes saben que todo está a punto de acabar", añade.
El final no siempre es feliz. "En ocasiones, la reintroducción de los astronautas que vuelven de misiones espaciales reales ha sido difícil", explica De la Torre. "Su perspectiva sobre la vida en la Tierra cambia de forma radical y en ocasiones no es fácil de asimilar", añade. Nunca se ha realizado un experimento como Mars 500, por lo que sus efectos físicos y psicológicos a largo plazo son aún desconocidos, advierte el experto.
La otra rama del proyecto español quiere hacer más dulce el aislamiento con paseos virtuales por un parque o visitas a los familiares. Se trata de un programa de realidad virtual llamado Earth en el que los participantes pueden incluir fotos, música o diseñar las escenas que desean ver en la pantalla de su ordenador. Puede saber a poco, pero en un viaje a Marte, es lo más cercano a volver a casa. "Estos programas pretenden infundir un estado de ánimo positivo y relajación, es como darles un pequeño mundo en el que evadirse", concluye De la Torre.
un catre.
"Se conoce como fenómeno del tercer cuarto", explica a Público el neuropsicólogo de la Universidad de Cádiz Gabriel G. De la Torre. Junto a expertos de la Universidad de Valencia, la Universidad Politécnica de Valencia y la Universidad Jaume I de Castellón, De la Torre lidera el único experimento español de Mars 500. "El tercer cuarto es el más duro porque los tripulantes aún ven lejos el final, es el punto más crítico", explica el experto.
El desgaste puede hacer que los participantes se depriman e incluso tengan comportamientos agresivos. Así lo demuestran los experimentos previos más parecidos a Mars 500, que se han realizado en bases antárticas donde los grupos de científicos pasan más de un año aislados y con una mínima posibilidad de escape, señala De la Torre. "Una vez pasado el tercer cuarto suele regresar la motivación, pues los participantes saben que todo está a punto de acabar", añade.
El final no siempre es feliz. "En ocasiones, la reintroducción de los astronautas que vuelven de misiones espaciales reales ha sido difícil", explica De la Torre. "Su perspectiva sobre la vida en la Tierra cambia de forma radical y en ocasiones no es fácil de asimilar", añade. Nunca se ha realizado un experimento como Mars 500, por lo que sus efectos físicos y psicológicos a largo plazo son aún desconocidos, advierte el experto.
Escapada virtual
El objetivo de De la Torre es estudiar el estado mental de los participantes y alertar de posibles problemas. Lo hace a través de un test por ordenador llamado WinSCAT, diseñado por la NASA y utilizado de forma regular por los astronautas de la Estación Espacial Internacional. El sistema detecta pérdidas en la falta de atención o retrasos poco habituales en la capacidad de reacción de los tripulantes. "Si detectamos algo raro podemos advertir al interesado de que está perdiendo cualidades, lo que puede deberse a la falta de sueño, por ejemplo", señala De la Torre.La otra rama del proyecto español quiere hacer más dulce el aislamiento con paseos virtuales por un parque o visitas a los familiares. Se trata de un programa de realidad virtual llamado Earth en el que los participantes pueden incluir fotos, música o diseñar las escenas que desean ver en la pantalla de su ordenador. Puede saber a poco, pero en un viaje a Marte, es lo más cercano a volver a casa. "Estos programas pretenden infundir un estado de ánimo positivo y relajación, es como darles un pequeño mundo en el que evadirse", concluye De la Torre.
Una nave con cuartos de tres metros cuadrados
180 metros cuadrados
Es la superficie que tiene el módulo de aislamiento en el que viven los seis tripulantes de Mars 500. Hay enfermería, huerto espacial, gimnasio y módulo de descenso a la superficie de Marte. Las habitaciones son tabucos de tres metros cuadrados con un armario yun catre.
2,8 metros
Es el ancho que tienen los módulos en forma de tubo en el que viven los tripulantes. La altura del techo es de 3,2 metros. 250 aterrizaje
El día número 250, Diego Urbina (27 años), Alexander Smoleevskiy (33) y Wang Yue (26) comenzarán a vivir en un módulo separado donde simularán una aproximación al planeta rojo y un descenso a su superficie enfundados en trajes de astronautas modelo Orlan, diseñados en Rusia. Si todo va bien, la escotilla del módulo de aislamiento se abrirá en noviembre de 2011, lo que pondrá fin a una misión de 520 días.8 millones de euros
Es el coste total del experimento, financiado por la Agencia Espacial Europea (ESA) y el Instituto de Problemas Biomédicos de Moscú.10% mujeres
La selección de los participantes en Mars 500, seis tripulantes y tres suplentes, finalizó con una lista en la que sólo hay hombres. La decisión fue polémica, porque el 3 de junio, cuando comenzó el experimento, el director del proyecto, Boris Morukov, argumentó que no había féminas entre la tripulación porque "para una mujer es más duro que te saquen de tu vida y te aíslen". Las declaraciones fueron matizadas por expertos de la ESA, que señalaron que el 10% de los 10.000 candidatos que se presentaron voluntarios eran mujeres, pero que ninguna fémina consiguió superar las pruebas de aptitud.
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