Durante su intervención en el Foro de la Nueva Comunicación, Maraña criticó el modelo de Google, aunque alertó de las consecuencias de una alianza en el sector. "El ¡a por ellos! no es una medida adecuada, porque saldremos perdiendo los periódicos y los débiles", explicó.
En esta línea, el directivo recordó a los anunciantes que "deberían reinventar sus decisiones" a la hora de invertir en los medios e intentar "llegar" a los lectores y aludió, entre otras, los precios de la publicidad. "Muchos aprovechan la crisis para no volver nunca a tarifas anteriores de publicidad", explicó.
Maraña defendió el actual modelo de prensa escrita y señaló que las empresas informativas tendrían que "enredarse menos en augurios" sobre la desaparición del papel e invertir en la "materia prima", en alusión al trabajo de los periodistas.
"Es para preocuparse, en los medios de comunicación se va al resultado económico sin reparar en que se tratan de proyectos intelectuales. Hoy la propiedad es ajena al negocio editorial y las decisiones se toman fuera de este ámbito", explicó.
En este sentido, incidió en el modelo "positivo" de Wikileaks, con "fuentes contrastadas" a pesar de que el Gobierno estadounidense intente "matar al mensajero". Para Maraña, la propuesta de Julian Assange refleja la "obligación" del periodismo, en el que "importa poco" las plataformas y los profesionales son "intermediarios" de la información.
Respecto a posibles ayudas del Estado a la prensa, Maraña no se mostró partidario de esta opción, aunque sí en otros planes que conlleven una "mayor implicación" del Gobierno con el sector. Por ejemplo, aludió a los problemas en la distribución o la necesidad de fomentar la lectura en las escuelas.
Por otro lado, Maraña anunció la retirada de la denuncia de la Sociedad General de Autores (SGAE), que hace dos años interpuso una demanda por noticias "inveraces, sesgadas e insidiosas" en la que exigía el pago de 30.000 euros, según informó el propio diario.
Por último, el director de Público respaldó el actual modelo de derechos de autor en los periódicos, al entender que el propio medio no podría revender los contenidos sin la autorización del periodista. "Además, un redactor cuenta con la maquinaria del medio a sus espaldas", apuntó.
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