Al final de los eventos literarios que se organizan en las librerías, los lectores, convertidos en fans del escritor, esperan en fila para entregar un ejemplar de la novela a su autor para que éste redacte una breve dedicatoria y firme en alguna página en blanco. Así, el libro pasa a convertirse en un fetiche muy personal. Sin embargo, en EEUU, a medida que los lectores van cambiando las páginas analógicas de los libros en papel por la tinta digital de los libros electrónicos éste ritual, lejos de tener sus días contados, continúa realizándose sobre la carcasa de estos dispositivos.
Según publica The New York Times, en un reciente evento literario celebrado en una librería en Manhattan (Nueva York), el autor David Sedaris, que continúa con la promoción de su bestseller When you are engulfed in flames (Cuando estás atrapado entre las llamas), recibió una extraordinaria petición de dedicatoria. Marty, un lector que esperaba en la fila se acercó al autor y le pidió que le firmara su libro... ¡electrónico!
¿Es habitual para los escritores en EEUU que los lectores les ofrezcan libros electrónicos para autografiarlos? En Amazon.com, la librería en Internet responsable de la fabricación y distribución de los libros electrónicos Kindle, aseguran que no conocen los casos, pero parece que ha ocurrido varias veces en el último año.
En mayo del pasado año, Holly West en la librería Barnes & Noble en Santa Mónica en California le rogó a la escritora Jennifer Weiner que le firmara en su Kindle donde tenía a media lectura un ejemplar digital de su novela Certain Girls. "Me sentí muy incómoda, sabiendo que estaba haciendo algo malo", afirma. "La firma de libros es una oportunidad comercial tanto para los autores como para las librerías y pedir que te firmen un libro electrónico deja fuera de juego a la librería", concluye asegurando que ya son dos autores los que han autografiado su Kindle.
Sedaris confirma que él ya ha firmado al menos cinco Kindles y también un buen número de iPods. "Algunos de mis lectores son de lo más excéntricos", asegura. "También he llegado a firmar en una prótesis de una pierna y un lector se ha autografiado mi firma en su piel".
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