Una compañía alemana independiente, dedicada al desarrollo de sistemas de evaluación de la calidad de las imágenes fotográficas y de vídeo, ha lanzado una campaña en la que plantean el problema del desbocado incremento de número de píxeles en las cámaras compactas, que no sólo es innecesario, sino también contraproducente. Su conclusión es que el número de píxeles más adecuado para una cámara compacta es de 6 millones. Por ello, se proponen concienciar a los fabricantes para que se concentren en producir mejores cámaras en lugar de limitarse a aumentar sin más el número de píxeles.
En esencia, el aumento del número de píxeles, manteniendo el tamaño del sensor y manteniendo el tipo de óptica, conduce a:
- Una reducción de la sensibilidad y el correspondiente aumento del ruido.
- La aberración cromática lateral se hace más visible.
- La difracción se hace notar en aperturas pequeñas.
- El tamaño de las imágenes se hace tan grande, que en la práctica se comprimen más mediante el algoritmo JPEG, lo que aún introduce más pérdida de información.
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