Los teléfonos móviles actuales son muy sencillos de utilizar e, incluso, el aspecto externo que ofrecen potencia esa sensación. Pero, la realidad, es que estos dispositivos son todo un paradigma en lo que se refiere al diseño interno y externo que ofrecen y, además, utilizan componentes que muchos usuarios desconocen que están presentes en su terminal.
Un ejemplo de esto que decimos es que más de uno se sorprenderá al conocer que en el interior de un teléfono actual se utilizan materiales tan llamativos como el oro y la plata. Evidentemente no son cantidades desorbitadas, pero la media vendría a ser de 30 y 300 miligramos respectivamente. Por lo tanto, la suma global que se estima que las compañías se gastan anualmente en la compra de estos productos es de 2.500 millones de dólares.
Pero aquí no acaban los detalles curiosos que existen en estos dispositivos tan comunes en la actualidad. A la espera de la llegada del grafeno cuando este componente se fabrique en masa (y probablemente revolucione parte de la industria de la movilidad), hay otros elementos que están presentes en, por ejemplo, las baterías. Aquí hay desde grafito, necesario para el poder mantener la energía almacenada sin perderla, hasta óxido de litio o cobalto. Este último “sufre” mucho ante las altas temperaturas por un problema de estabilidad –por lo que es muy importante que un teléfono no se caliente en extremo, ya que puede llegar a incendiarse-.
Carcasa y pantalla, otros espacios curiosos y esenciales
La carcasa generalmente suele ser tratada de una forma genérica a la hora de valorar como es: utiliza plástico o metal, pero en realidad es mucho más complejo que esto. Por ejemplo, en el primero de los casos, y dependiendo de la calidad del material, el carbono está presente en una mayor o menor cantidad. En los terminales que utilizan materiales metálicos, hay que decir que lo más sorprendente es conocer que la inmensa mayoría de los dispositivos de este tipo utilizan magnesio y níquel (lo que en ocasiones ofrece problemas de alergias, todo hay que decirlo).
Finalmente, y esto no quiere decir que no sea importante –todo lo contrario-, están las pantallas. La clave en este componente de un terminal móvil es que los materiales utilizados formen una película transparente que ofrezca tanto resistencia como el que permitan conducir electricidad para detectar las pulsaciones. Para ello se recurre a materiales como por ejemplo el estaño y el oxígeno y, también, a novedades tan interesantes como el potasio, que se ha demostrado que ofrece todo lo que un fabricante desea para un panel (Apple, por ejemplo, lo utiliza en el nuevo iPhone 6).
Y, como no, no se puede finalizar sin mencionar al siempre presente silicio, que lleva muchos años siendo esencial en la fabricación de componentes y, en especial, de los procesadores. El caso es que los teléfonos son mucho más de lo que parece cuando se utilizan y, no cabe duda, que son todo un paradigma de procesos de fabricación complejos y, también, de diseño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario