Las mashups ya estaban de moda hace cinco años, cuando Facebook tenía “sólo” 50 millones de usuarios y se teorizaba sobre el futuro del 2.0. Son aplicaciones web híbridas, mezclas de varios servicios existentes, experimentos de bricolaje digital destinados a captar amantes de la fórmula del dos o tres en uno.
Ahora, con las redes sociales convertidas en portales de referencia, vuelven. A la web y al móvil. Pinterest, que dicen que va a ser la revolución del 2012, es un tablón de anuncios que integra fotos y comentarios, ofertas y curiosidades. Y Path (camino en inglés) es una app que se define como un “diario personal inteligente que ayuda al usuario a compartir su vida con las personas que quiere”. Tal cual. Aunque, en realidad, su última versión integra las funciones de Facebook, Twitter, Instagram y Foursquare.
Nació en San Francisco en noviembre del 2010 como aplicación para compartir fotos -es decir como competencia de Instagram y PicPlz-, de la mano de dos conocedores del negocio social: Shawn Fanning, uno de los desarrolladores de Napster, y Dave Morin, uno de los ejecutivos de Facebook. Además, han invertido en ella personajes como el actor Ashton Kutcher.
En febrero del 2011, Google estuvo a punto de comprarla por 100 millones de dólares. Pero Morin dijo no. Algunos se echaron las manos a la cabeza. ¿Por qué? Morin creía en el producto. Lo reiteró en París, en la conferencia LeWeb, en la que presentó la nueva versión de Path, lanzada para iPhone y Android simultáneamente, y en la que anunció que la aplicación había superado el millón de usuarios.
Sigue estando lejos de Instagram, que suma ya más de 14 millones de usuarios. Pero tiene un diseño atractivo y, por lo visto, la gracia de integrar botones con los que contar fácilmente a los demás lo que se hace durante el día: desde la hora a la que uno se despierta hasta que la hora a la que uno se acuesta, además de dónde se está en diferentes momentos del día y con quién; qué se está pensando o en quién y qué se está escuchando (el usuario puede elegir incluso entre diferentes canciones propuestas). Es decir, casi todo.
Pero, curiosamente, Morin se resiste a definir Path como una red social. Para él, la aplicación es realmente un “diario personal en el que anotar momentos importantes de la vida” que, por supuesto, tiene también una dimensión social, con lo que también permite la compartición “con un reducido número de personas”. “Hay cosas que a lo mejor no queremos compartir en redes sociales más grandes pero que tienen sentido en Path”, subrayaba el fundador de Path en LeWeb.
En cuanto al modelo de negocio del invento, Morin contaba en la misma conferencia que en Path, de momento, descartan la publicidad. “Queremos asegurarnos de que la relación con nuestros usuarios es auténtica”, insistía. Su apuesta inmediata, el modelo freemium: la aplicación es gratuita pero los filtros para las imágenes y la música son de pago. Es un comienzo, decía. Morin confesaba ser consciente de que el camino para conseguir “simplicidad y calidad” es largo.
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