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2012/01/20

Cuba está más cerca de saber si es rica en petróleo

La plataforma petrolera china Scarabeo 9 llegó este jueves a aguas cubanas y puede verse desde el malecón habanero. Viene de la mano de la compañía española Repsol, que será la primera -aunque no la única- en perforar para confirmar la exactitud de sus prospecciones anteriores.
Washington ya la inspeccionó, verificando que respeta las normas internacionales de seguridad y las del embargo económico, que limitan el uso de piezas estadounidenses en la construcción de cualquier equipo que se le venda a La Habana.

Esta imposición multiplicó los gastos y fue necesario hacer una plataforma especial para Cuba. Sin embargo, eso no detuvo a Repsol, que confía hallar grandes depósitos de petróleo y gas, confirmados incluso por geólogos de Estados Unidos.
La isla cuenta con 112.000 kilómetros cuadrados de Zona Económica Exclusiva en el Caribe que fue parcelada en 59 bloques y entregados a diferentes compañías petroleras interesadas en realizar la prospección corriendo con todos los riesgos.

Las reservas probables

Según un estudio del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), las reservas de Cuba en su zona del Golfo serían de alrededor de 4.600 millones de barriles de petróleo, 10 billones de pies cúbicos de gas natural y 900 millones de barriles de gas natural líquido.
Sin embargo, los especialistas cubanos afirman que en realidad hay cinco veces más de lo que reconocen los estadounidenses. Semejantes cifras despertaron el apetito de varias empresas, que ya llevan años haciendo prospecciones.
Los contratos con Cuba son a riesgo, es decir que las petroleras pagan de su bolsillo la búsqueda en altamar pero, en caso de que aparezca crudo y gas, asumen la explotación del yacimiento y se convierten en dueñas de la mitad de las reservas.
Los trabajos en aguas cubanas son complejos, se perfora a 1.700 metros de profundidad enfrentando corrientes marinas.

Acusaciones desde Miami

La primera reacción de los exiliados fue dar un ultimátum a Repsol.
Encabezados por la representante republicana de Miami, la cubana-estadounidense Ileana Ros-Lehtinen, 34 legisladores federales exigieron que se abandone el proyecto.
Aseguraron que encontrar petróleo solo servirá para "financiar el aparato represivo", agregaron que el gobierno cubano busca "una cuerda de salvamento económica" y acusaron a Repsol de ser "un asociado dispuesto a rescatarlo".
Rafael Arias, director de la empresa cubana de petróleo, respondió que esto muestra "la extraterritorialidad del bloqueo, las prohibiciones existentes en el Congreso y las presiones y chantajes que ejerce la administración norteamericana para coartar o impedir que otros países o compañías hagan negocios con Cuba".

La negociación

Finalmente, Washington optó por el diálogo y Repsol aceptó que funcionarios estadounidenses inspeccionaran la plataforma. La abordaron en Trinidad y Tobago, porque Cuba no les permite hacerlo en sus aguas territoriales.
Los inspectores dieron el visto bueno. El sistema de seguridad es estadounidense y representa menos del 10% del total, respetando así las restricciones del embargo económico.
Por su parte, el gobierno de Barack Obama otorgó licencias a compañías privadas para "desplegar maquinaria de recoger petróleo, dispersantes, bombas y otros equipos y abastecimientos necesarios para minimizar el daño ambiental en el caso de un derrame".
Gracias a estas licencias, empresas especializadas podrían llegar a la zona a combatir un derrame en apenas unas horas, si se produjera un accidente similar al sufrido hace dos años en en una plataforma de BP en el Golfo de México.

Las consecuencias

Las autoridades cubanas le están dando un bajo perfil informativo al asunto.
Tampoco les interesa generar demasiada expectativa interna; "ya tú nos conoces, sabes que si decimos que encontramos petróleo, muchos van a pensar que no hay por qué trabajar ni necesidad de ahorrar", me explica un funcionario del gobierno.
Ciertamente el hallazgo de importantes reservas de petróleo y gas pueden cambiar totalmente el escenario cubano. Un informe de la embajada de España asegura que "las consecuencias favorables para Cuba se empezarían a sentir desde ese momento y podrían ser de gran alcance".

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