Hay fabricantes que llevan años hablando de la teoría de las tres pantallas y de la convergencia entre ellas: la del ordenador, la de la televisión y la del móvil. Sin embargo, nunca llegaron a dar con la forma óptima de mezclarlas todas. Y en esto llegó Apple y no sólo lo consiguió, sino que añadió una cuarta: la del 'tablet', iPad en este caso.
Afírmese lo siguiente con todas las pegas imaginables, sobre todo dos: todo tiene que ser de la misma compañía y hay muchas otras soluciones para hacerlo de diferentes fabricantes o de código abierto. Pero también con todas las ventajas, sobre todo una: su enorme y sorprendente facilidad de uso. Un par de pulsaciones o 'clics' en un iconito con forma de tele y lo que está en la pantalla del iPhone, iPad o iTunes estará en la de la televisión a través del Apple Tv. La magia se llama AirPlay.
Así de fácil. En el caso de vídeos, fotos o música archivados en iTunes la sincronización es completa. Es decir, se pulsa el botón de AirPlay y la imagen y el sonido pasan -con la calidad con que estén almacenadas- del dispositivo en el que se estén viendo a la televisión. También es total el paso a la tele desde aplicaciones nativas, como YouTube, pero no en el de otras como VLC o el reproductor web de Safari, que de momento sólo sincronizan el sonido.
Entre otras cosas, AirPlay permite ver en pantalla grande las películas, series o vídeos almacenados en iTunes. Grabaciones que no necesariamente tuvieron que ser descargadas de la tienda de Apple. Simplemente, y de momento, tienen que estar en iTunes. Es la única condición para poder pasarlas a la televisión. De nuevo, la de Apple no es ni mucho menos la única forma de hacerlo, pero quizás sí la más sencilla. También de las pocas que permiten manejar la grabación desde el dispositivo a través del que se pasa a la televisión, sea ordenador, iPhone o iPad.
Otro valor añadido que, sin embargo, no suple su principal carencia. Y es que el usuario se queda con ganas de más. De pasar una aplicación completa a la televisión y manejarla con el dispositivo que queda en las manos. Por ejemplo, ver un juego del iPad o el iPhone en la televisión y configurar la pequeña pantalla como mando. Aunque es un consuelo que en un supuesto correo electrónico de Steve Jobs el fundador de Apple promete algún avance en este sentido a lo largo de 2011.
Quizás sea, todavía, una utilidad demasiado limitada como para aventurar que se trate del próximo gran éxito de Apple. Pero, por este camino y con las mejoras adecuadas bien podría llegar a serlo, sobre todo si la interconexión no es sólo hacia la pantalla de la televisión, sino entre todos los dispositivos indistintamente y a través de más programas que iTunes.
El Mundo
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