Nadie imaginaba en el año 2000 cómo sería el internet del 2010. Fenómenos como Facebook no nacieron hasta varios años después (2004) y sin embargo hoy reúnen en su entorno a más de 500 millones de usuarios. Como enseñanza, la primera regla que parece transmitir la red es su imprevisibilidad. Un informe de las firmas Cisco y GBN (Global Business Network), presentado el pasado viernes en su versión española por la Fundación Telefónica, augura que en el 2025 la red será "palpitante y desbordada, pero también insegura y decepcionante". Veremos.
Menos de una tercera parte de la población mundial ha navegado por internet. Unos 5.000 millones de personas nunca lo han hecho. En el 2025, según el estudio, ya lo habrán hecho dos terceras partes.
El informe parte de cinco premisas. La primera es que la mayor parte del crecimiento en el mercado de internet ocurrirá al margen de los países más avanzados económicamente. La siguiente es que la forma en que se gobernará la red será prácticamente como ahora. Es decir, que no se esperan cambios respecto a la neutralidad.
La tercera premisa es que quienes nacieron cuando ya existía internet lo utilizarán de forma diferente a quienes han aprendido su existencia. Lo usarán como si fuera parte de su entorno, sin pensar ni siquiera en nociones como conectarse. Simplemente estará ahí.
La cuarta premisa es que el teclado del ordenador dejará de ser el principal instrumento de relación con la red. Biosensores y sistemas de reconocimiento de gestos y voz suplirán a las teclas. La última premisa es que existirá un amplio abanico de posibilidades para que los consumidores accedan a internet más allá del sistema predominante hoy de la tarifa plana.
Con todo ello, y en función del grado en el que evolucionen tres variables, la expansión de la red –gran alcance o restringida–, el progreso tecnológico –espectacular o gradual– y el comportamiento del usuario –desenfrenado o limitado–, el estudio de Cisco yGBNcontempla cuatro escenarios. La red será, augura el informe, insegura, palpitante, decepcionante o desbordada. O todo ello en diferentes grados y nunca utópicos.
El más optimista de los supuestos es el "palpitante". En él se crearán millones de empleos basados en el conocimiento y la conectividad permitirá a la gente actuar según "nuevas afinidades que van más allá de las viejas fronteras geográficas y culturales" y que cambiarán "la estructura de las interacciones y el estilo de vida del ser humano". Los nuevos centros de innovación serán ciudades como Bogotá, El Cairo, Bombay, Perth o Zhanjiang. Es el mundo en el que la tecnología cumplirá lo que hoy promete. Todo lo que se aleje de aquí, será peor.
En el escenario inseguro, la lucha contra el terrorismo y el cibercrimen tendrá costes muy elevados y pocos resultados satisfactorios. Algo parecido a lo que hoy pasa con el tráfico de drogas. Internet será tan peligroso que algunos bancos recurrirán de nuevo a las sucursales "de ladrillo" y seguirán existiendo los medios escritos en papel. La seguridad en internet no estará al alcance de cualquiera y sólo quienes puedan pagárselo, recurrirán a redes privadas.
En la hipótesis "decepcionante" del informe, el año 2025 estará marcado por una inestabilidad económica mundial, con un internet desaprovechado tanto por empresas como por usuarios, que sólo usarán los servicios más básicos y asequibles.
El escenario "desbordante" es caótico. El volumen de la información en circulación se disparará. En el 2020, en Estados Unidos el tráfico de internet será cien veces mayor que hoy. Y en el resto del mundo habrá mayor expansión. "Cualquier cosa que pueda estar on line, lo está –señala el informe al situarse en el 2025–. Como resultado, la plataforma ahora está desbordada de contenido, de señales, descoordinación y de comunicaciones básicas".
El informe parte de cinco premisas. La primera es que la mayor parte del crecimiento en el mercado de internet ocurrirá al margen de los países más avanzados económicamente. La siguiente es que la forma en que se gobernará la red será prácticamente como ahora. Es decir, que no se esperan cambios respecto a la neutralidad.
La tercera premisa es que quienes nacieron cuando ya existía internet lo utilizarán de forma diferente a quienes han aprendido su existencia. Lo usarán como si fuera parte de su entorno, sin pensar ni siquiera en nociones como conectarse. Simplemente estará ahí.
La cuarta premisa es que el teclado del ordenador dejará de ser el principal instrumento de relación con la red. Biosensores y sistemas de reconocimiento de gestos y voz suplirán a las teclas. La última premisa es que existirá un amplio abanico de posibilidades para que los consumidores accedan a internet más allá del sistema predominante hoy de la tarifa plana.
Con todo ello, y en función del grado en el que evolucionen tres variables, la expansión de la red –gran alcance o restringida–, el progreso tecnológico –espectacular o gradual– y el comportamiento del usuario –desenfrenado o limitado–, el estudio de Cisco yGBNcontempla cuatro escenarios. La red será, augura el informe, insegura, palpitante, decepcionante o desbordada. O todo ello en diferentes grados y nunca utópicos.
El más optimista de los supuestos es el "palpitante". En él se crearán millones de empleos basados en el conocimiento y la conectividad permitirá a la gente actuar según "nuevas afinidades que van más allá de las viejas fronteras geográficas y culturales" y que cambiarán "la estructura de las interacciones y el estilo de vida del ser humano". Los nuevos centros de innovación serán ciudades como Bogotá, El Cairo, Bombay, Perth o Zhanjiang. Es el mundo en el que la tecnología cumplirá lo que hoy promete. Todo lo que se aleje de aquí, será peor.
En el escenario inseguro, la lucha contra el terrorismo y el cibercrimen tendrá costes muy elevados y pocos resultados satisfactorios. Algo parecido a lo que hoy pasa con el tráfico de drogas. Internet será tan peligroso que algunos bancos recurrirán de nuevo a las sucursales "de ladrillo" y seguirán existiendo los medios escritos en papel. La seguridad en internet no estará al alcance de cualquiera y sólo quienes puedan pagárselo, recurrirán a redes privadas.
En la hipótesis "decepcionante" del informe, el año 2025 estará marcado por una inestabilidad económica mundial, con un internet desaprovechado tanto por empresas como por usuarios, que sólo usarán los servicios más básicos y asequibles.
El escenario "desbordante" es caótico. El volumen de la información en circulación se disparará. En el 2020, en Estados Unidos el tráfico de internet será cien veces mayor que hoy. Y en el resto del mundo habrá mayor expansión. "Cualquier cosa que pueda estar on line, lo está –señala el informe al situarse en el 2025–. Como resultado, la plataforma ahora está desbordada de contenido, de señales, descoordinación y de comunicaciones básicas".
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