El biólogo Alberto Yanosky transmite su pasión por esa vasta región sudamericana, que al igual que la selva amazónica, está amenazada por la deforestación, pero rara vez recibe la atención de los medios.
Hablamos del Chaco, un área de 100 millones de kilómetros, que se extiende por cuatro países, Paraguay, Argentina, Bolivia y Brasil.
Si no se detiene la deforestación, Yanosky asegura que podemos perder especies que aún no conocemos y con ellas "un reservorio a la solución de muchos problemas en el futuro".
Desierto verde
Yanosky es el director ejecutivo de Guyra Paraguay, una organización no gubernamental que trabaja por la defensa de la diversidad biológica en el país sudamericano.En términos de superficie, el Chaco es el segundo bioma (ecorregión con características similares) de Sudamérica. En el caso de Paraguay ocupa poco más del 50% del territorio, aunque allí vive sólo el 5% de la población.
¿Cómo es el Chaco paraguayo? "Algunos lo han llamado el infierno verde, porque tiene características de un desierto. Las temperaturas a veces superan los 40 o 50 grados, llueve muy poco, el suelo es muy arenoso y si uno saca la capa de vegetación se erosiona fácilmente. En gran parte no hay agua dulce y el agua subterránea es salina, así que si se afecta la superficie comienza a aflorar la sal y esas zonas se transforman en salares".
Cuando pensamos en un desierto imaginamos arena, pero aquí las plantas son muy variadas, con árboles como el Palo Santo con alturas de 20 a 25 metros y debajo de ellos un sotobosque o vegetación muy espesa, en la que sólo se consige entrar con un machete.
"Sabemos muy poco"
"Hay una rica biodiversidad, con más de 2.000 plantas conocidas hasta el momento. Aquí habitan nueve especies de armadillo, que conocemos como tatúes, cinco especies de mono, así como el gran herbívoro, el tapir. Además, entre el Amazonas y el Chaco "están los únicos lugares donde el famoso tigre americano, el yaguareté, tiene poblaciones viables", le dijo Yanosky a BBC Mundo."Lo más importante es que sabemos muy poco. En 1975 cuando ya creíamos haber conocido casi todo del territorio chaqueño, descubrimos que había una especie de pecarí, un chancho, que llamamos tahuá, que creíamos los científicos que estaba extinto".
La vegetación está especialmente adaptada. Los árboles tienen raíces profundas y una corteza muy dura y ancha, al igual que las hojas, para evitar la pérdida de agua por evapotranspiración.
"En la Guerra del Chaco, el éxito del ejército paraguayo fue gracias al conocimiento de los Guaraní-Nandeba, que enseñaron a los soldados a encontrar agua. Hay una planta que externamente es un pequeño tallito, pero si uno cava a dos metros de profundidad encuentra un tubérculo gigante con entre un litro y litro y medio de agua".
En el Chaco paraguayo habitan diferentes grupos étnicos, como los Ayoreo-Totobiegosode y los Guaraní-Nandeba. En la zona norte chaqueña hay grupos de Ayoreo que siguen habitando en su territorio ancestral y jamás han sido contactados.
Deforestación
En la última década cerca de dos millones de hectáreas del Chaco paraguayo fueron deforestadas, para abrir paso principalmente a la ganadería, según Guyra Paraguay.La ONG ha venido monitoreando cada 15 días la deforestación con el uso de imágenes de satélite, en un programa financiado por el servicio zoológico de Estados Unidos.
"Gracias a la información satelital descubrimos, por ejemplo, que una empresa petrolera había abierto caminos dentro de un parque nacional", señala Yanosky.
El 96% del territorio del Chaco parguayo está en manos privadas. "Nosotros somos dueños de una propiedad que hemos declarado para conservación a perpetuidad y no podemos permitir que una empresa porque tienen una concesión nos haga caminos con el daño que eso ocasiona".
La vegetación crece tan lentamente en el Chaco, que caminos abiertos durante la Guerra del Chaco, en la década del 30, aún no se han cerrado.
Donaciones por internet
Guyra Paraguay participa junto a la Secretaría del Ambiente del gobierno paraguayo y el World Land Trust, una ONG con sede en Londres, de un proyecto que abarca al parque nacional Defensores del Chaco y otras dos áreas protegidas. Defensores del Chaco, un parque de 780 mil hectáreas, contaba solamente con un guardaparque, sin transporte.El proyecto ha permitido colocar siete guardaparques que cuentan con un vehículo y se está involucrando a los habitantes de la región –aparte de las tribus aisladas- en la elaboración de los planes de manejo para el futuro.
El World Land Trust, que actúa en varios continentes, aporta capacidad científica y ayuda a recaudar fondos para que ONGs compren territorio destinado a reservas naturales.
"Recientemente lanzamos 'Defendiendo el Chaco', un llamado en nuestro sitio en internet para que cualquier persona en cualquier parte del mundo pueda donar al proyecto. Sin fondos, estas áreas están en peligro ante un gran númoro de amenazas, especialmente la tala de bosques para ganadería y agricultura", le dijo a BBC Mundo Ruth Canning, del World Land Trust.
Desafíos gigantescos
Quedan 14 millones de hectáreas de bosque en el Chaco paraguayo y según Yanosky, "el gran desafío es cómo vamos a lograr un desarrollo sostenible, zonificando la región. Hay áreas ricas en biodiversidad que no pueden ser habilitadas". Las zonas donde se sabe que viven las tribus no contactadas "no deben ser intervenidas"."Todo el Chaco está concesionado para exploración petrolífera, o sea que los desafíos son gigantescos", asegura el director ejecutivo de Guyra Paraguay.
El costo de deforestar el Chaco es inconmensurable.
"Si se pierden los bosques estas zonas se transformarán en salares o arenales. Es cuestión de ver lo que ha pasado del lado boliviano, donde se extrajo la vegetación. Una foto de esos médanos sin vegetación es lo mismo que el Sahara en África".
Yanosky recuerda que el 70% de las medicinas tienen origen en la biodiversidad. "Cuando estamos deforestando el Chaco, no sabemos si allí se fue quizás alguna cura para una enfermedad que aún ni siquiera conocemos".
BBC Mundo
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