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2010/11/05

Bielsa, la prenda en la pugna por el dinero del fútbol chileno

En una decisión llamada a tener profundas repercusiones a nivel deportivo e institucional, el fútbol chileno nombró al empresario español Jorge Segovia nuevo presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional, ANFP.
El presidente del club Unión Española, que asumirá su cargo el 15 de enero, superó por 28 votos a 22 al presidente saliente, Harold Mayne-Nicholls, asegurando así el alejamiento del seleccionador Marcelo Bielsa, quien anoche declaró que no podría trabajar con Segovia.
La transición tiene claros tintes políticos y es una pugna sobre la autonomía de los clubes, las atribuciones de la ANFP y el control del dinero generado por el fútbol.
La administración de Mayne-Nicholls fue particularmente exitosa en rehabilitar el prestigio del fútbol chileno y en modernizar las estructuras burocráticas.
A nivel popular, lo más aplaudido fue la seriedad con que Bielsa y su equipo técnico recuperaron la voluntad competitiva del seleccionado, que ya parecía resignado a una posición secundaria en el concierto futbolístico internacional.
En esto tuvo tanto éxito que el técnico argentino se convirtió en uno de los personajes más populares del país, respetado y festejado donde fuera.

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Relevo político, relevo futbolístico

El relevo de la guardia acompaña el cambio de gobierno nacional y tiene un claro contenido político, reflejado en las circunstancias de la renuncia de Bielsa.
Bielsa había dado su apoyo público a Mayne-Nicholls el miércoles, cuando dijo que si el entonces presidente perdía la elección, él se retiraría, porque no podía contemplar "trabajar en común con el señor Segovia". Agregó que "el día en que Harold abandone, termina mi gestión".
A esa altura, los sondeos periodísticos ya daban por seguro el triunfo de Segovia, de manera que la declaración de Bielsa fue interpretada como una despedida y un intento final de respaldar a su gran valedor en Chile.
La mayoría de los comentaristas chilenos coincide en señalar la mutua simpatía entre Bielsa y la ex presidenta Michelle Bachelet, así como la supuesta frialdad demostrada por el seleccionador en un encuentro público con el actual presidente, Sergio Piñera.
También se señala que Piñera, un importante accionista del club Colo Colo, fue uno de los inspiradores de la ley de Sociedades Anónimas Deportivas, que transformó el régimen de propiedad de los clubes de fútbol.
Ese tipo de empresas, sociedades anónimas (SA), controla ahora los clubes más importantes del país, y entre sus propietarios figuran apellidos muy conocidos de las diversas vertientes de la derecha política, que ahora son gobierno.
La mayoría de estos personajes y sus clubes apoyaron a Segovia, aunque conviene señalar una importante excepción, que respaldó a Mayne-Nicholls: el ministro de Minería Laurence Golborne, hasta hace poco un virtual desconocido y ahora, según muchos, un posible rival político del presidente Piñera.
Y las encuestas de opinión pública detectaban una gran mayoría de la población en apoyo del presidente saliente y de Marcelo Bielsa.

¿De los empresarios o del pueblo?

Los clubes SA resentían los intentos de la ANFP de reforzar los recaudos sobre obras de infraestructura, formación de jóvenes jugadores y responsabilidad social de los clubes. También criticaban la "excesiva importancia" que se daba al seleccionado nacional, en detrimento de los intereses de los clubes.
Bielsa tuvo una actitud muy significativa cuando le preguntaron en una ocasión sobre los "clubes SA": dijo que "el fútbol pertenece al pueblo".
Esto fue denunciado de inmediato como un pronunciamiento político, lo mismo que su apoyo público a Mayne-Nicholls, calificado de "acto inaudito" por el candidato opositor Jorge Segovia, con el fin de "manipular las elecciones".
Lo cierto es que las declaraciones de Bielsa del miércoles fueron una virtual despedida, ya que aun en el caso de una victoria de su valedor Mayne-Nicholls, era casi inconcebible que el técnico argentino pudiera seguir trabajando con la oposición abierta de los clubes más importantes del país, que pagan los salarios de los jugadores y pueden poner trabas a su utilización por el seleccionador.
Segovia propone televisar más partidos en directo, programar un calendario fijo, crear una nueva división profesional y realizar un draft o leva de jugadores al finalizar la temporada, similar al que existe en México.
Mayne-Nicholls, por su parte, quería transmitir todos los partidos de la primera división en directo, acentuar el apoyo al seleccionado, modernizar el Instituto Nacional del Fútbol (Inaf) y acelerar el crecimiento del fútbol femenino.
Un vistazo a estas dos plataformas refuerza la impresión de que Segovia quiere recortar las alas de la ANFP, así como reducir la importancia relativa del seleccionado nacional y dar más libertad de acción a los clubes.
Con esto, Bielsa tenía las puertas cerradas en el nuevo ciclo, a pesar de que Segovia había dicho que era partidario de que continuara en sus funciones.
Uno de los principales puntos de desacuerdo entre Segovia y Bielsa (y también Mayne-Nicholls es el Régimen de Transferencias o draft ("conscripción" o "reclutamiento" son traducciones aproximadas) según el modelo mexicano, con la publicación, al finalizar la temporada, de una lista con todos los jugadores disponibles para compras, ventas o préstamos. Así, según los defensores del draft, "todos los clubes se pueden informar de manera clara y transparente acerca de las transferencias".
Bielsa criticó duramente esta propuesta, con el argumento de que limita la libertad de acción individual: "En México si hay algo que denigra al futbolista es el draft, pregúntenle a cualquier jugador allá. Es verdad que siempre la opinión del jugador cuenta poco, pero el draft es la exaltación de lo peor."

BBC Mundo

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