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2010/11/01

Alan Menken, el genio musical con 30 kilos en 'Oscars'

Tiene en su haber unos 30 kilos en Oscar. Alan Menken, con ocho, es la persona viva con más estatuillas de la Academia estadounidense, gracias a 'hitazos' como 'Bajo el mar' (la emblemática canción del cangrejo de 'La sirenita' (1989) o 'Bella y Bestia'. Así que por la vía musical este neoyorquino de 61 años tiene parte de responsabilidad de la segunda edad de oro de Disney, allá por los comienzos de los 90.
Sus 'Oscars' vienen de aquellos años. 'Aladino' y 'Pocahontas', como las anteriores, añadieron más estatuillas de Mejor Canción y Mejor Banda Sonora a su curriculum de 'oscarizado', mientras que por 'El jorobado de Notre Dame' y 'Hércules' fue nominado. Y Menken sigue metido en el negocio: su próximo proyecto es 'Tangled', sobre Rapunzel, que llega a los cines este mes.
Es indudable que desde entonces ha cambiado la forma de hacer películas para niños: el paso al 3D, las temáticas, el reconocimiento al género... Y allí estaba este músico al comienzo de la revolución.
Tras el éxito de 'La Sirenita', con 'La bella y la bestia' "tenía la sensación de que estábamos haciendo algo especial conforme escribíamos las canciones", explica. Esta cinta, de hecho, hizo historia: seis nominaciones a los Oscar en 1992, entre los que se incluye la nominación a Mejor Película, siendo la primera cinta de animación en lograrlo. Este género, tan valorado ahora, tienen desde 2002 su propia estatuilla.
Ha cambiado también la forma de hacer música. "Con los años y la experiencia me he vuelto más sofisticado. Por ejemplo, al principio, con 'La Sirenita' compuse a la forma antigua, con muchos pasos. Había que probar con líneas de audio a escribirlos en papel, luego llevarlas al ordenador, y volver a verlas y revisar todo el proceso... Ahora me voy directo al ordenador y trabajamos de forma digital, aunque el proceso creativo en sí es prácticamente el mismo", señala Menken por correo electrónico.

En busca de la emoción

En su casa escucha música clásica y rock. "Intento buscar algo que vaya con mi estado de ánimo en ese momento, desde algo como Beethoven, a los Beatles o los Rolling Stones", afirma. Pero a la hora de componer no se deja guiar por referentes. Se trata, como en los cuentos de Disney a los que pone música, de esperar a que surja cierto tipo de magia.
Menken identifica este proceso con el niño que dice guardar en su interior. "Todo se debe a eso. No planifico muchísimo mi trabajo. Cuando miro atrás y veo los clásicos de 'Blancanieves', 'La cenicienta' o 'Pinocho', si realmente te paras a verlos detenidamente, el niño de tu interior sale. Escribo y vivo desde las tripas y el corazón, no con el cerebro. El cerebro me levanta por la mañana y me dice dónde ir [risas], pero es algo en mi interior lo que me dice 'esta es la música que necesitamos aquí, justo esta emoción que sientes ahora'", señala.
Así que la mayoría de sus decisiones, asegura, le vienen impuestas por los sentimientos. "Creo que hemos tenido el éxito que hemos tenido a causa de la química entre lo que yo hago y lo que hace Disney. Me siento un privilegiado por haber hecho estas músicas, que han sido grandes retos para mi talento", añade Menken, entre cuyos colaboradores figuran los letristas Howard Ashman -que falleció de Sida en 1991-, Tim Rice y Stephen Schwartz.

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