En Chile la vida de 33 hombres cambió para siempre. El 5 de agosto eran sólo un sencillo grupo de mineros que se preparaba para empezar otra jornada difícil en la mina de San José.
Ahora, 70 días después, emergieron de la profundidad la tierra convertidos en celebridades internacionales.Los ojos del mundo estuvieron puestos en el desastre que los mantuvo atrapados a 700 metros bajo la superficie en un estrecho refugio en la oscuridad.
Y millones también siguieron paso a paso la misión de rescate que los expertos ahora elogian como "un ejemplo de perfección técnica".
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"Esta operación será un ejemplo de cómo hacer bien las cosas", dijo a BBC Mundo el doctor Pedro Arcos González, director de la Unidad de Investigación en Emergencia y Desastres de la Universidad de Oviedo, España.
"Todas las cosas se han hecho de una manera muy profesional y correcta".
"Estas personas han tenido mucho apoyo familiar, social, médico, etc. y no ha habido, que sepamos, a lo largo de su encierro, ningún episodio que sugiera que podría haber grandes problemas a la salida", agregó.
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Colaboración y planificación
La operación de rescate fue llevada a cabo con la colaboración de cientos de expertos, incluidos técnicos perforadores, rescatistas, médicos y psicólogos.La misión consistió en perforar un ducto de unos 70 centímetros por la que pasaría una cápsula, bautizada Fénix, en la que viajarían los mineros hacia la superficie.
Tal como explicó a la BBC David Seath, secretario del Instituto de Minería de Escocia y ex jefe del servicio británico de rescate de minas, "quizás se diga fácil, pero fue una operación extraordinariamente compleja".
"Estuvo plagada de problemas técnicos. Sin duda éste es un día extraordinario para todas las comunidades mineras del mundo por la forma como este rescate ha sido conducido, de manera muy profesional".
"La habilidad de los técnicos perforadores -agrega- es otro ejemplo de éxito en esta operación por su capacidad de mantener la perforadora en la dirección correcta hacia el objetivo, que es un área relativamente pequeña a 700 metros bajo la superficie".
Manejar una máquina del tamaño de una perforadora no es fácil, dijo David Seath. Pero como éste es el tipo de equipo que se utiliza en la industria petrolera se tiene mucha experiencia en el manejo de perforadoras para posicionarlas de manera precisa hacia un objetivo.
En principio, se planeó perforar tres ductos en la mina de San José para llegar hasta los mineros, pero posteriormente se decidió continuar perforando sólo el segundo.
Desde el inicio de la operación los perforadores sabían que enfrentarían muchos problemas técnicos potenciales, como la inestabilidad de la mina que fue la que causó en primer lugar el colapso en la entrada hace 70 días.
"Las principales dificultades en la perforación se encontraron en los primeros metros, cerca de la superficie, donde la tierra no está consolidada", explicó David Seath.
"Pero una vez que la perforadora llega a las capas de roca sólida el agujero perforado se vuelve más estable. Y por las imágenes que hemos visto desde el fondo del ducto podemos observar que no se colocaron fundamentos de apoyo porque era una estructura de roca sólida".
Según el experto, esta operación marcará un récord porque nunca antes de había logrado rescatarse a tantos mineros atrapados durante tanto tiempo y a tal profundidad.
Punto de referencia
"Sin duda establecerá un punto de referencia en la historia de las operaciones de rescate", expresó el secretario del Instituto de Minería de Escocia."Antes de esta operación se creía que si una persona quedaba atrapada bajo algunos cientos de metros habría dificultades para rescatarla con éxito".
"Pero nunca antes se había puesto a prueba la habilidad de los técnicos en perforación para llegar a un objetivo tan preciso, como se hizo en Chile".
Ahora se sabe que gracias a la mejor tecnología de perforación y a la mejora en el posicionamiento de las máquinas perforadoras es posible llevar a cabo este tipo de rescates a tantos metros de profundidad.
Otro hito en la operación de la mina de San José fue el diseño de la cápsula Fénix.
En otras partes del mundo los equipos para rescate en minas consisten en jaulas simples de metal en las que viaja una sola persona, pero que no cuentan con sistemas de comunicación ni equipo de oxígeno como la cápsula mucho más sofisticada diseñada en Chile.
Desde agosto pasado los ojos del mundo han estado puestos en las vicisitudes de los mineros chilenos, pero los expertos subrayan que no se debe olvidar lo fundamental, que es que cada año varios cientos de mineros mueren en todo el mundo debido a malas condiciones de seguridad en sus minas.
"En cada desastre se aprenden lecciones", manifestó David Seath.
"Quizás esta operación en la mina de San José nos enseñe que en cualquier mina en cualquier parte existe el riesgo de futuros derrumbes y desastres similares a menos que se pongan en vigor regulaciones adecuadas de seguridad en todo el mundo".
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