Barack Obama quiere suavizar el drástico recorte que impuso a la NASA hace unos meses. Tras anunciar la cancelación del programa Constellation en febrero con el que la NASA planeaba pisar la Luna en 2020 a bordo de vehículos propios, el presidente anunciará hoy que una pequeña parte del programa seguirá en marcha. El Gobierno mantendrá las cápsulas Orión, con las que se pretendía alcanzar la Luna y Marte, y que ahora se reconvertirán en vehículos de emergencia para la Estación Espacial Internacional (ISS). Además, la agencia construirá un cohete propio para llegar "paso a paso" a la Luna y Marte, según anunció ayer la Casa Blanca en una nota. Obama explicará hoy estos y otros detalles sobre el futuro de la exploración espacial durante una visita al Centro Espacial Kennedy de Cabo Cañaveral, donde el futuro de miles de trabajadores del sector pende de un hilo debido al cambio de planes. Esta estrategia revisada "hará los viajes espaciales más seguros y eficientes y creará miles de puestos de trabajo", señala la Casa Blanca. Para ello, Obama ampliará el presupuesto de la agencia en 4.600 millones de euros para los próximos cinco años.
La nueva estrategia del Gobierno estadounidense es una concesión ante el creciente número de críticas realizadas por congresistas demócratas y republicanos especialmente, los de Florida, así como por especialistas de la industria que consideraban que la decisión de Obama no sólo dejará a miles de trabajadores en el paro, sino que también acabará con el liderazgo de EEUU en la exploración espacial en favor de China o Rusia. El último en sumarse a las críticas fue el mítico comandante de la misión Apolo 11, Neil Armstrong, el primer hombre que pisó la Luna en 1969. Junto a otros tres históricos astronautas, Armstrong ha denunciado que los planes de Obama son "devastadores" para EEUU, según una carta abierta.
El nuevo anuncio ha contentado a algunos políticos y preocupado a otros, sobre todo porque no resuelve la dependencia de la NASA de naves Soyuz rusas para llegar al espacio a partir de 2011. Por ahora, la agencia estadounidense ha reservado billetes de ida y vuelta para llevar astronautas a la ISS hasta 2014. Lo que suceda después es aún un misterio, pues ni siquiera la NASA sabe cuándo estarán listos los primeros transbordadores espaciales privados que impulsó Obama como alternativa a los vehículos propios.
Tímidos cambios
Obama decidió deshacerse del programa Constellation, impulsado por su antecesor George W. Bush, después de que un panel de expertos presidido por Norman Augustine, el ex presidente de Lockheed Martin, cuestionase seriamente su viabilidad. Se pretendía construir una nueva generación de cápsulas Orión y cohetes Ares para pisar la Luna en 2020 y llegar después a Marte. En febrero, Obama anunció la cancelación del programa, en el que ya se habían gastado unos 5.000 millones de euros. Borrarlo del mapa costará unos 2.000 más.La NASA rescatará ahora una versión "más simple y eficiente" de la cápsula Orión, según la nota de la Casa Blanca. No llegará a la Luna ni a Marte, sino que servirá para que los astronautas de la ISS tengan un vehículo de emergencia. Por ahora, la única vía de escape prevista tras la jubilación de los shuttle son las propias Soyuz. La Orión llegará a la ISS "en los próximos años" a bordo de un cohete de carga y permanecerá allí hasta que deba usarse. La decisión supone que parte de los 4.000 trabajadores de Lockheed Martin que construyen los vehículos en Colorado conservarán su trabajo.
Un segundo plan es el de lanzar un gran cohete con el que alcanzar "el espacio profundo". Obama dejará que sea la NASA quien construya este vehículo. El diseño final se elegirá en 2015, lo que permitirá su puesta en marcha "dos años antes de lo previsto para Constellation". El cohete no será como el Ares previsto, sino una nueva generación capaz de repostar en órbita. Los astronautas lo usarán para volar con rumbo a la Luna en 2020 y, en un futuro sin fecha, a Marte.
Durante su visita de hoy al buque insignia de la NASA en Florida, Obama explicará ante una audiencia de astronautas, trabajadores y congresistas que su plan creará 2.500 empleos más. "Con esta estrategia dejamos de depender de nuestros éxitos pasados y emprendemos un nuevo rumbo de innovación y descubrimiento", remacha la Casa Blanca.
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