En Estados Unidos reconocen la creciente importancia mundial de China y buscan coordinar con su gobierno estrategias para garantizar la estabilidad política, el crecimiento económico global y la seguridad internacional, pero hay un tema que dificulta las comunicaciones: el valor del yuan, la moneda china.
Este miércoles, ese debate pareció haber entrado en una nueva dinámica con unas declaraciones del Secretario del Tesoro de EE.UU., Tim Geithner, y el anuncio de que viajará a Pekín el jueves para un encuentro con Wang Qishan, viceprimer ministro chino para asuntos económicos.La escala china estaba fuera de agenda del viaje de Geithner, quien terminó el miércoles una visita de dos días a India. Desde allí usó un sorpresivo tono apaciguador al hablar sobre el "saludable y necesario" papel de China en el mundo económico.
"(Los chinos) Están tratando de desarrollar su sistema financiero, se están volviendo más abiertos al mundo, y con eso ustedes van a ver que su moneda tomará un papel más amplio a nivel internacional", dijo Geithner en una entrevista con la cadena especializada en temas económicos Bloomberg TV.
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Parecen buenos augurios para el encuentro en Pekín, en el que se supone que hablará del asunto con sus colegas chinos. Aunque, oficialmente, no se ha presentado la agenda de trabajo y el viaje está a tan sólo días de que la pelea por el yuan estuviera a punto de alcanzar nuevas cotas.
Informe amenazante
Hasta la semana pasada, Washington amenazaba con "denunciar" a China como "manipulador cambiario".De hecho, el Tesoro retrasó la presentación de un informe al Congreso en el que se aseguraría que China mantiene el yuan infravaluado, algo que podría generarle sanciones de ser presentado ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).
EE.UU. niega que la postergación del reporte tuviera que ver con el posible viaje de Geithner a Pekín, pero sin duda ayudará a darle mejor clima al diálogo bilateral.
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Los estadounidenses aseguran que, con la "manipulación cambiaria", los chinos dan ventaja a sus exportaciones, que competirían en ventaja frente a la producción estadounidense, que tiene costos laborales y energéticos más elevados.
En los últimos 20 años, muchas fábricas han trasladado toda o parte de su producción a China, y por eso los anaqueles de las tiendas estadounidenses están repletos de productos "Made in China" (hecho en China).
Como consecuencia, EE.UU. ha ido acumulando un creciente déficit comercial con China, que en 2008 alcanzó los US$268.000 millones y, aunque en 2009 el impacto de la crisis económica los redujo a US$226.000 millones, es una cifra preocupante para algunos.
"El cambio no importa"
El Ministerio de Comercio de China insistió este martes en que nunca se ha manipulado al yuan y aclaró que un alza en el valor de su moneda no se va a reflejar necesariamente en la reducción del déficit comercial.En Washington algunos parecen compartir la opinión de que hay una "falsa lógica" en el reclamo estadounidense que, según los chinos, se ha politizado en el debate entre conservadores y liberales dentro de EE.UU.
"La tasa de cambio no es importante en las relaciones económicas entre EE.UU. y China", afirmó Derek Scissors, especialista en China de la Fundación Heritage, centro de estudios de Washington de tendencia conservadora.
"El déficit comercial mayormente se expande cuando la demanda económica estadounidense es fuerte y se contrae, como ahora, cuando es débil", lo que según Scissors vincula el déficit a la salud de la economía estadounidense y no a las supuestas manipulaciones chinas.
Sin embargo, en el Congreso estadounidense, muchos legisladores, tanto republicanos como demócratas, consideran que la Casa Blanca tiene una aproximación "blanda" frente a Pekín y amenazan con redactar leyes que sancionen el comercio con China.
Esa es la posición de congresistas cuyos distritos sienten el efecto del desempleo, que se mantiene en un históricamente alto 9,7% desde 2009.
China y el desempleo
En la mente de muchos, los productos baratos chinos de las tiendas implican trabajadores estadounidenses en la calle.
"China es sólo parte de la historia. Los subsidios chinos no quitan trabajos en EE.UU. Los quitan en otros países que compiten por el mercado estadounidense", aseguró Scissors.
"Si el Congreso impone tarifas a las importaciones chinas (…), los trabajos no se van a crear en EE.UU. Se van a crear en India, Vietnam, México Indonesia o Bangladesh y cualquier otro país donde haya producción a bajo costo".
Las quejas sobre el valor del yuan no son nuevas, pero durante el pico de la crisis económica que estalló en 2008, EE.UU. y los países industrializados postergaron sus reclamos para poder coordinar con los chinos un plan para la recuperación global.
La exigencia se ha reactivado, pero no sólo en EE.UU., sino también por parte de gobiernos como el de Brasil, que comparten con China la condición de "potencias emergentes" en el llamado Grupo BRIC (Brasil, Rusia, India y China).
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