La crisis financiera ha puesto de rodillas las economías mundiales, pero ha tumbado la de Islandia sin compasión. En 2003, este país volcó casi toda su estructura económica en los parqués internacionales, sobre todo británicos, y sólo cinco años más tarde recogió su inversión en forma de bancarrota: crecimiento exponencial de la deuda y el paro, reducción drástica del PIB, hundimiento de la Bolsa, nacionalización de bancos y un éxodo de islandeses en busca de tierras mejores.
En un momento en que muchos culpan de la catástrofe a la falta de control y a la opacidad de las operaciones financieras, hay quien propone convertir Islandia, precisamente, en todo lo contrario: la meca de la transparencia. La Icelandic Modern Media Initiative (Iniciativa Islandesa de Medios Modernos) es un proyecto legislativo que pretende hacer de la gran isla un paraíso de la libertad de información y de expresión donde los que publiquen -sobre todo digitalmente- tengan la garantía de que su información nunca será censurada.
Birgitta Jónsdóttir (Reikiavik, Islandia) es actualmente diputada del Parlamento islandés por el partido el Movimiento, pero prefiere definirse como poeta, escritora, diseñadora o periodista, antes que como una política tradicional. En una entrevista telefónica, Jónsdóttir explica los detalles de un proyecto del que es impulsora y que ya se debate en el Congreso de aquel país.
Hay quien ve esta iniciativa como un puerto franco periodístico, pero ustedes prefieren tomárselo como un antídoto contra los paraisos fiscales. ¿Por qué?
Una de las cosas que realmente faltan en el mundo es transparencia, acceso a la información pública general. Y ahora, además, la mayor parte la información no tiene fronteras, porque está en Internet. Sin embargo, casi todas las legislaciones internacionales están basadas en el viejo mundo. Así que alguien tiene que modificar esta legislación de acuerdo con los derechos humanos fundamentales en lo que respecta a la libertad de información y de expresión. Los islandeses nos hemos familiarizado mucho con la idea del paraíso fiscal, después del abuso que han hecho de ella los oligarcas de Islandia. Así que decidimos hacer exactamente lo que el paraíso fiscal había estado haciendo -coger lo mejor de las legislaciones del mundo para crear secreto y clandestinidad- y darle la vuelta: buscar las mejores legislaciones del mundo que han demostrado ser útiles para crear un paraíso de transparencia. Hemos estudiado los aspectos de las legislaciones que tienen que ver con fuentes, confidentes, denunciantes… y una de las cosas que descubrimos es que la libertad de prensa, cuando tiene que ver con criticar o poner en evidencia a las grandes compañías del mundo, se erosiona cada día. En concreto, nos sorprendió ver lo mala que era en Reino Unido, donde tienen algo de lo que nunca habíamos oído hablar: el superrequerimiento judicial, que significa que un periodista no puede contar en su cabecera ni a nadie que ha sido puesto bajo secreto de sumario. No puede contar ni siquiera eso. Además descubrimos, espero que esto no suceda en todo el mundo, que allí casi cada día la prensa se enfrenta a presiones corporativas y políticas para que retiren artículos de sus archivos, so pena de ser demandados. Todos sabemos que el mundo de los medios no es tan fuerte financieramente como antes, porque se encuentra en un periodo de transición del modelo impreso, de radio o de televisión a Internet.
Supongo que a usted no le gustará que haya quien haga analogía de Islandia y de su proyecto como si se tratara de una Suiza o unas Islas Caimán del periodismo
No nos gusta que se nos compare con esos sitios, sino con el reverso de ellos. Como pequeña nación de 370.000 habitantes, preferiríamos destacar por la paz y los derechos humanos, antes que por nuestros hambrientos oligarcas. No sé si sus lectores están familiariazados con la historia de Enron.
Sí, lo están.
Pues en la televisión pública islandesa pusieron la película sobre Enron, y todo el mundo que la vio dijo: “Vaya, es exactamente igual que lo que ha pasado aquí”. Islandia estaba completamente tranquila porque somos muy pocos, los medios son propiedad de la oligarquía y las cadenas públicas estaban controladas por un Gobierno absolutamente impotente. Acabamos de recibir el informe de una comisión de la verdad, encargada de averiguar qué paso, cuáles fueron las razones, quiénes son los responsables y cómo pudo esto suceder. Lo discutimos el lunes y es obvio que la nación estaba completamente tranquila y que sólo un puñado de personas sabía que estaba pasando. Tuvieron más de un año y medio para hacer algo, pero decidieron no hacer nada y continuar la gran ilusión de que todo estaba bien. Si hubiera habido una legislación mejor, que asegurara transparencia, o el derecho de la opinión pública a saber lo que sucede, estoy segura que no habría sido tan malo ni habría llegado tan lejos.
Ustedes han presentado la propuesta a varios sectores de la sociedad islandesa, incluidos los industriales, y han obtenido una respuesta positiva. ¿Cuáles son las principales resistencias al proyecto?
Hasta ahora, no hemos recibido ninguna respuesta especialmente negativa, salvo la de algún periodista islandés que cree que la ley debe asegurar los puestos de trabajo de la prensa. Para mi sorpresa, recibimos un gran apoyo de la industria, sobre todo porque no hay una legislación clara en Islandia sobre responsabilidad. Y es porque miramos en las mejores leyes del mundo: como la de hospedaje de webs de Suecia, la de fuentes y confidentes de Bélgica… y la que evita el “turismo de libelos”: usted publica algo en España sobre crimenes contra la humanidad o contra alguna corporación, alguien en Gran Bretaña compra 50 copias en Amazon, y a usted le pueden imputar, aunque viva en España, haya sido publicado en ese país y en español. Tratamos de asegurar por lo menos que las historias no puedan ser ocultadas antes de que el público o las organizaciones de derechos humanos sepan de ellas. Crear un nuevo entorno en el que sepas que si tienes algo importante que contar tengas un sitio donde hacerlo.
Han presentado una proposición en el Parlamento para hacer el cambio legislativo. ¿Cuáles son los principales problemas políticos que están encontrando?
Actualmente se encuentra en una comisión. Y el principal problema político es la clásica y tradicional debilidad política del Parlamento en Islandia.En todos los parlamentos las leyes tienen dificultades en su recorrido, y ahora emismo el gran reto es que podamos sacar la ley de la comisión, y soy bastante optimista: La primera ministra lo ve como una buena imagen para Islandia, tres de los cuatro partidos están a favor… Dentro de diez días formaré un grupo con diputados de otros partidos, que pueden tener dudas, ser atacados por la prensa amarilla, etcétera, y eso me preocupa, pero intentamos hacer comprender que esto no es algo ilegal, que no pedimos ser el paraíso de los racistas o algo así.
Muchos gobiernos pueden ver su iniciativa como una amenaza. ¿Han tenido presiones exteriores ?
Sí, sé que algunas personas en Estados Unidos no están muy contentas con esto. Pero muchos otros gobiernos han comenzado a estudiar otras legislaciones. El otro día escuché una entrevista en la que un ministro de Alemania sugería la necesidad de una legislación sobre esto. El hecho de que esto se extienda provoca el diálogo. Pero hay pocos políticos que se preocupen de estos derechos.
Si los periodistas no se trasladan a Islandia, seguirían sufriendo la legislación local. ¿Cómo pueden solucionar este problema?
Podemos resolver el hecho de que usted haya publicado algo en Islandia y alguien quiera demandarle, pero es mucho más difícil en otros casos más graves, como los de periodistas o blogueros en países en guerra o sin libertad de prensa como China. Esta legislación no podrá evitar la tortura o la prisión. Sin embargo, lo que sí podemos asegurar es que el blog o la publicación seguirán allí. La información no será retirada por presiones a la empresa que la hospede.
¿Ycómo piensan proteger a fuentes y confidentes?
Impidiendo que cualquier ley pueda obligar a un periodista a revelar la identidad de sus fuentes. La otra cara de esta historia es que estas fuentes podrán suministrar su información de modo que no puedan ser rastreadas.
¿Qué pasa si se usa la habitual excusa de la guerra contra el terrorismo, o alguna otra por el estilo, para exigir la retirada de esta información?
Eso dependerá de la fortaleza del gobierno islandés. La legislación deja muy claro que no puede usarse algo así, porque iría contra nosotros.
Sí, pero los servicios secretos parecen muy preocupados. Sin ir más lejos, los responsables de Wikileaks denunciaron vigilancia por parte de las autoridades islandesas.
El caso de Wikileaks es interesante, pues se encuentran en Suecia donde cuentan con una legislación muy fuerte. Nosotros basaremos nuestra legislación en la sueca porque ha demostrado su buen funcionamiento en la comunidad internacional. Así que si persiguen nuestra legislación, también estarán en contra de la sueca. Para nosotros es importante basar nuestrasley en las que hayan sido probadas en otras países. Si la crearamos desde cero sería más difícil.
Islandia se encuentra en el entorno Schengen, pero no dentro de la Unión Europea. ¿Cree que una legislación así sería posible dentro de la UE?
[Risas] Una de nuestras consejeras y partidarias es Eva Joly, diputada del Parlamento Europeo. Una de las razones por la que nos apoya es que ha sido fiscal en Francia en el caso Elf y entiende cuán importante es nuestra iniciativa. Ella ha dicho que es algo que la Unión Europea debería estudiar, y creo que en esto podemos servir de referente para la UE, que tiene cosas muy buenas y otras muy preocupantes. Sería una buena oportunidad para modernizar su legislación sobre información y libertad de expresión.
Ustedes planean crear el primer premio internacional islandés de la libertad de expresión.
No tenemos ningún premio internacional muy conocido, y nos gustaría que nos mostrara como un país cultivado y preocupado por lo que sucede en el mundo. Además, serviría para poner sobre la mesa el debate sobre la importancia de la libertad de expresión. No sé cómo es nuestra reputación en el mundo actualmente, pero no creo que sea muy buena, por la catástrofe financiera. La oligarquía ha coneguido arruinar totalmente nuestra reputación y hacernos aparecer como una nación grosera, y cosas así. Así que el premio es un humilde modo de decir que queremos ser conocidos por defender la libertad de expresión. Ahora mismo necesitamos enfocarnos en la integridad, más que en otra cosa.
¿Cómo le gustaría ver su país dentro de diez años?
Me gustaría que tuviéramos una experiencia de justicia, porque ahora mismo nos encontramos en una situación de extrema injusticia. Como en todo el mundo, donde la población está llevando las cargas de un sector privado que ha fracasado. Me gustaría que toda la gente que se está yendo, las nuevas generaciones. Y que empecemos a buscar a escala mundial alternativas a las normativas finacieras, porque si no, nada cambiará. Tal vez porque nos encontramos en el Atlántico, a medio camino entre el continente americano y el europeo, sería un buen lugar para experimentar nuevas formas de manejar los sectores financieros, el uso de la energía de un modo sostenible, etcétera. Espero que nos permitamos ser un experimento para recuperar la humanidad, porque tal y como están las cosas, la mayoría las naciones se comporta como si tuvieramos diez planetas, y nos estamos quedando sin planeta por el modo en que vivimos. Ojalá pudiéramos probar aquí nuevas formas de cambiar la sociedad.
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