El gasto militar global creció el 4% en 2008 y alcanzó la cifra récord de US$1,464 billones, el 45% más que en 1999, de acuerdo con un estudio del Instituto de Investigación para la Paz Internacional de Estocolmo (SIPRI) divulgado en la capital sueca.
"La crisis financiera global todavía no ha repercutido en los ingresos y beneficios de las grandes empresas armamentistas", manifiesta SIPRI.Aunque China y Rusia han reducido la brecha que los separa con Estados Unidos, la primera potencia sigue siendo la nación con mayor gasto militar (Washington es responsable del 58% del incremento de este gasto a nivel mundial durante la última década).
El gasto militar estadounidense se vio incrementado por los fondos adicionales dedicados a la llamada "Guerra contra el Terrorismo". Las guerras en Irak y Afganistán costaron US$903.000 millones.
"La idea de la 'guerra contra el terrorismo' estimuló a muchos países a ver sus problemas a través de un lente altamente militarizado, utilizando este argumento para justificar sus altos gastos militares", explica Sam Perlo-Freeman, director del Proyecto de SIPRI sobre Gasto Militar.
En cuanto a Pekín y Moscú, ambos triplicaron sus desembolsos militares en ese período, y Rusia "mantiene sus planes para gastar todavía más a pesar de sus problemas económicos severos", indica el estudio.
En crecimiento
Cuando la industria aeronáutica y de defensa se prepara para la centenaria Exposición Aérea de París de la semana próxima, parece que el centro de la atención se desplaza de los atribulados fabricantes de aviones civiles hacia las compañías encargadas de los jets de combate y la maquinaria militar.En su conjunto, el centenar de empresas líderes en la fabricación de armas hizo negocio por unos US$347.000 millones durante 2007, según los datos confiables más recientes de los que se dispone.
Casi todas estas firmas son estadounidenses o europeas. El 61% de esa cifra corresponde a 44 firmas de EE.UU. y el 32% a empresas de Europa Occidental. El resto lo integran compañía de Rusia, Japón, Israel e India.
"Desde 2002, el valor de las cien empresas líderes en la industria armamentista se ha incrementado el 37% en términos reales", sostiene SIPRI.
La industria aeronáutica estadounidense y el gigante Boeing siguen siendo los mayores de su tipo del mundo, con ventas de equipo militar equivalentes a US$30.500 millones en 2007.
Muy cerca se ubica la británica Bae Systems con US$29.900 millones. En tercer puesto está la estadounidense Loockheed Martin, que totalizó US$29.400 millones.
Guerra y paz
El gasto militar en Medio Oriente se redujo ligeramente en 2008, pero SIPRI ve este descenso como algo temporal debido a que "muchos países de la región (están) planificando grandes compras de armamento".La única excepción en el último descenso fue Irak, cuyo presupuesto militar se incrementó el 133% durante 2008 con respecto al año anterior. "Irak sigue siendo altamente dependiente de EE.UU. en cuanto a suministro de armas, y tiene previstos numerosos encargos", según el estudio sueco.
Además, las operaciones de mantenimiento de paz -que también benefician a firmas del sector de la defensa- igualmente se incrementaron el 11%.
Entre estas últimas misiones se destacan las emprendidas en la región sudanesa de Darfur y en la República Democrática del Congo.
"Otro récord quedó establecido, con 187.586 personas involucradas en operaciones de mantenimiento de paz", de acuerdo con SIPRI.
¿Más problemas?
Los altos niveles de gasto militar pueden, entretanto, generar dificultades económicas incluso a las naciones más ricas, advierte el instituto de investigaciones."Durante los ocho años de la presidencia de George W. Bush, los gastos militares estadounidenses se incrementaron a su nivel más alto en términos reales desde la Segunda Guerra Mundial", explica SIPRI.
"Este aumento ha contribuido a los crecientes déficits presupuestarios", señala el estudio y agrega que los conflictos de Irak y Afganistán recibieron dinero "principalmente mediante partidas adicionales fuera del proceso presupuestario regular" basadas en préstamos.
"Las compañías armamentistas podrían encarar una reducción de la demanda en el futuro si los gobiernos recortan el gasto militar en respuesta a los crecientes déficits presupuestarios", observa SIPRI.
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