La tecnología se ha convertido en una de las principales herramientas para gestionar los recursos humanos (RR HH), dando soporte a distintos procesos de transformación, como servicios compartidos o incluso planes de reconversión en la empresa.
En forma de bases de datos, software basado en la web y herramientas de control del flujo de trabajo, la tecnología es también un pilar esencial en la mayoría de actividades de outsourcing, facilitando una importante reducción del coste total que supone la provisión de servicios de RR HH.
En los últimos años, empleados y directivos han alcanzado un buen conocimiento de herramientas tecnológicas que permiten autogestionar tareas y funciones, llevando a cabo trabajos administrativos de RR HH sin apenas esfuerzo: notificación de bajas y vacaciones, la organización de los procesos formativos o el control de horas trabajadas.
En muchas ocasiones las empresas no aprovechan lo suficiente su propia inversión en tecnología, en gran medida porque los responsables de RR HH entienden la tecnología como algo esencialmente transaccional, llegando a separar los procesos administrativos de la consultoría operacional.
Esta dificultad para involucrar a los profesionales de RR HH en aspectos tecnológicos hace que no estén preparados para utilizar la innovación tecnológica de una manera más sofisticada.
La carencia de un profesional de RR HH especializado en tecnología, o la falta de ayuda externa, provoca por tanto que las organizaciones suspendan a la hora de aprovechar todas las ventajas de las modernas herramientas tecnológicas.
El desarrollo de tecnologías web 2.0 ha facilitado la proliferación de aplicaciones colaborativas y de compartir conocimientos de todo tipo: wikis, blogs o redes sociales como Facebook y MySpace.
Pero la respuesta por parte de las empresas es a menudo conservadora, preocupándose de si los empleados acceden a redes sociales para divertirse en lugar de aprovechar este interés natural para fomentar un buen uso de las nuevas herramientas en el ámbito corporativo.
Algunas compañías responden bloqueando el acceso, mientras otras organizaciones innovadoras basan cada vez más sus procesos de contratación en plataformas como LinkedIn, construyendo también comunidades de interés para generar canteras de futuros talentos.
Con la llegada de la web 2.0 hay una nueva ola de relaciones sociales que también afecta a los procesos productivos y organizativos de las empresas, especialmente en el ámbito de la gestión de recursos humanos.
El uso de mash-ups es un ejemplo de la interconexión entre los medios sociales y las aplicaciones de negocio. Esta combinación permite integrar una herramienta externa -por ejemplo Google Earth- con una aplicación estándar, de manera que un equipo de RR HH la utilice para mostrar información gráfica acerca de las oficinas y la distribución de los empleados de una multinacional, exportando para ello la información almacenada en su sistema de gestión de RR HH.
Muchas empresas han invertido en plataformas tecnológicas básicas con el objetivo de gestionar a sus trabajadores, pero muy pocas han llegado a vislumbrar el verdadero potencial para optimizar la gestión de las personas.
Es como tener un Ferrari en el garaje y utilizarlo sólo para ir a comprar el pan al supermercado de la esquina. La transición desde una tecnología de gestión de procesos a una tecnología de gestión de las personas requiere un salto de entendimiento que sólo puede darse con la ayuda de consultores de negocio. La llegada de las tecnologías de la web 2.0 demanda aún mayor creatividad para aprovechar la tecnología como palanca de futuro en la gestión de las personas y los procesos productivos.
Es responsabilidad de los proveedores tecnológicos y los consultores de negocio facilitar la consultoría estratégica necesaria para ayudar a las organizaciones a sacar el Ferrari del garaje y hacer el mejor uso de su potencia, de manera responsable y acorde con los nuevos tiempos.
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