Google ha generado un gran revuelo en la blogosfera al anunciar que cancela varios productos.
Las víctimas incluyen a Lively, un mundo virtual que Google creó como respuesta a Second Life; Dodgeball, un servicio para móviles dirigido a jóvenes que querían hacer saber a sus amigos dónde estaban; Catalog Search, que escaneaba catálogos de productos para que se pudieran consultar online; y Notebook, que permitía tomar notas sobre páginas web visitadas.
Google también anunció que dejaría de desarrollar activamente Jaiku, un servicio de microblogging similar a Twitter, y que lo convertiría en un proyecto de código abierto. “¿Qué significa esto?”, te preguntarás. ¿No te importa? ¿No podrías distinguir un Jaiku de un haiku, y no tienes ni idea de lo que es dodgeball? No te preocupes. No estás solo. A la hora de evaluar nuevos proyectos, Google estudia el interés existente y en estos casos, simplemente no había.
Suspenso en las pruebas
Todos los proyectos cancelados no han superado pruebas clave que Google realiza para seguir incubando un proyecto: no eran especialmente populares entre los clientes; tenían dificultades para atraer a empleados de Google que quisieran desarrollarlos; o no resolvían un problema suficientemente importante.
Podría parecer que Google, famosa por promover la innovación permitiendo que los ingenieros dediquen el 20% de su tiempo a proyectos al margen de sus principales responsabilidades, mantendría proyectos minoritarios mientras que alguien quisiera trabajar en ellos. Pero en tiempos difíciles para la economía, incluso Google está prestando mayor atención a los costes, sobre todo a los servicios que no generan muchos ingresos por publicidad —que suponen prácticamente la totalidad de los ingresos de la compañía—.
Por ejemplo, Google entró con fuerza en el sector de los mundos virtuales en tres dimensiones en julio de 2008. Cuatro meses después, cerraron porque sólo 10.000 personas habían entrado en Lively durante la semana anterior, muy por debajo de los objetivos fijados por Google, y de los medio millón de usuarios de Second Life (Linden Lab). Los gestores decidieron que media docena de personas que trabajaban en Lively serían más productivas en otro lugar.
La historia de Dodgeball es diferente. Dennis Crowley, uno de los dos cofundadores que vendió este servicio de mensajes de texto a Google en 2005 y siguió a bordo, afirma que tuvo problemas para competir por la atención de los ingenieros del buscador para poder expandir el servicio ya que él trabajaba en Nueva York, lejos de Silicon Valley. La frustración le llevó a abandonar el proyecto en 2007.
Aún así, Google vio que los conceptos que había detrás de Dodgeball eran interesantes, y lanzó recientemente Google Latitude, que permite a la gente compartir su posición con sus contactos. De todo se aprende.
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