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2009/02/16

Canadá, el pais sin crisis

Fuente: XL Semanal.

¿Un lugar sin regulaciones de empleo, sin colas frente a las oficinas del paro, sin pinchazos inmobiliarios y donde nadie habla de crisis? Financial Times ha dictado sentencia. Ese paraíso existe. Se llama Canadá y según los experto es el país mejor posicionado para capear el temporal. Viajamos a Toronto para conocer el secreto de la octava economía del mundo. ¿Un lugar sin regulaciones de empleo, sin colas frente a las oficinas del paro, sin pinchazos inmobiliarios y donde nadie habla de crisis? Financial Times ha dictado sentencia. Ese paraíso existe. Se llama Canadá y según los expertos es el país mejor posicionado para capear el temporal. Viajamos a Toronto para conocer el secreto de la octava economía del mundo.

Recuerdan la cumbre de Nueva York que iba a sacarnos de la crisis y refundar el capitalismo? Hagan memoria… Allá por noviembre. Zapatero no había sido invitado y Sarkozy lo coló por la puerta de atrás. ¿Ya? Bien. En aquella reunión de cigarras angustiadas por haber dilapidado 20 años de prosperidad hubo una hormiga ufana que les restregó a los jefes de Estado del G-20 las saneadas cuentas de su país y sacó pecho: el honorable James Flaherty, ministro de Finanzas de Canadá. «Nuestras recetas son aburridas –reconoció–. Pocos países dependen tanto del comercio y están tan integrados en la economía global como Canadá. Sin embargo, somos los que mejor estamos capeando las turbulencias financieras. Los canadienses somos prudentes. El dinero de los contribuyentes no se pone en peligro. Quizá el mundo deba parecerse más a Canadá.» El discurso de Flaherty pasó inadvertido. `Un paleto canadiense dando lecciones en la Gran Manzana´, pensarían los asesores de Bush mientras soltaban 250.000 millones de dólares de la Hacienda Pública a los banqueros que no habían hecho los deberes. Y que no tuvieron reparo en pagar dividendos a sus accionistas, cuando debían utilizar la pasta para dar créditos a familias y comerciantes.

Mientras en España nos desayunamos cada mañana con un nuevo expediente de regulación de empleo, los canadienses no están al borde de un ataque de nervios. Sus periódicos presumen de ser el país donde menos durará la crisis y donde será más llevadera. Incluso los especialistas vaticinan que en el segundo trimestre de este año la economía crecerá. Por contra, España ha entrado en recesión y algunos dicen que no se recuperará hasta 2014.

Así que viajamos a Toronto, el corazón financiero de Canadá, abrigados hasta las cejas para resistir los 22 grados bajo cero pronosticados. En el aeropuerto, el aduanero me interroga: «¿Propósito del viaje?». Pues mire, quiero saber por qué los canadienses oyen hablar de la crisis mundial como quien oye llover. «Le doy una pista. Vaya a un banco», sugiere. Le respondo que en el avión he leído un artículo de Financial Times donde un columnista expone que habría que fusilar (sic) a los banqueros, que han dejado al Reino Unido con la libra esterlina hecha unos zorros (está a la par con el euro). «Nuestros bancos no son como los ingleses. Son solventes, de confianza, no se meten en aventuras peligrosas», replica.

Oído, cocina. Lo primero que hago es acercarme a la Bolsa. Quiero hablar con Michael Gregory, economista jefe y director ejecutivo del Banco de Montreal. Le digo que en España a nadie se le ocurriría sacar a hombros a Botín, por muchos beneficios que obtenga el Santander, pero que en Canadá parece que los banqueros son los héroes de la película. Gregory me explica que en Canadá los bancos siguen la consigna de Warren Buffet: no adentrarse en berenjenales que no entienden. «La percepción de que Canadá está capeando mejor la crisis que cualquier otro país desarrollado es cierta. Por supuesto, tenemos problemas. El mercado inmobiliario se está enfriando y los créditos no fluyen con facilidad, pero hay diferencias con Europa y EE.UU. Primero, nuestros bancos son los más capitalizados del mundo. Segundo, las hipotecas están aseguradas por el Gobierno. Es decir, los bancos no sufren en caso de que una avalancha de clientes no puedan hacer frente a sus hipotecas.»

Le comento que Nortel, el Movistar canadiense, ha entrado en quiebra. Gregory matiza que ha sido la filial estadounidense la que ha gangrenado la compañía. «Tenemos un comercio de bienes tecnológicos que proporciona un enorme caudal de divisas a Canadá, aunque ahora está cayendo porque el 70 por ciento de nuestros productos los vendemos a EE.UU. Estamos viviendo una contracción de la economía, pero nuestros fundamentos están muy bien cimentados. La crisis aquí será más corta y más suave», profetiza.

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