Baño de honestidad y autocrítica en la marca nipona, que afronta con sinceridad unos pronósticos poco halagüeños para su nuevo modelo de consola doméstica que no se está vendiendo ni de lejos en unos niveles comparables a sus exitosos antecedentes.
A bastante distancia de sus contendientes en el podio consolero, Nintendo Wii U está muy lejos de las ventas de PlayStation4 o Xbox One pero también se aleja de las propias previsiones de la empresa, que calculaba ser capaz de colocar hasta un 70 % más de las que finalmente han adquirido los clientes.
En concreto esperaban haber vendido nueve millones de unidades cuando no han llegado ni a tres millones. De hecho reconocen públicamente que no será tan exitosa como la primera Wii. A pesar de ello en Nintendo no pierden la esperanza y confían en poder hacer negocio con la mirada puesta en el largo plazo, consiguiendo llegar a 100 millones de consolas vendidas en un plazo de tiempo equivalente al del ciclo vital de producto de la primera Wii. En esto podría servir de ayuda lanzamientos futuros como los de “Mario Kart 8″, “Donkey Kong”, “Bayonetta 2″ o “Super Smash Bros.”.
Esto podría constituir el puto de partida para el inicio de una futura generación de consolas para Nintendo (¿SuperWii?) que, por ejemplo, aunque fuese compatible con el gamepad de la actual Wii U no requiere ese necesariamente de mismo como corazón del sistema. Una consola con resolución incluso 4K y que compitiese con las consolas de Sony y Microsoft en un plano de igualdad en el apartado gráfico.
De hecho incluso podría suponer que Nintendo adelantase a ambos, que acaban de lanzar sus nuevas consolas, puesto que en el plazo de un par de años que se llevaría el proceso de desarrollo de una nueva consola llegaría cuando las rivales se encontrarían a mitad de su ciclo de vida, pudiendo ofrecer prestaciones superiores y posiblemente a precios competitivos.
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