La evolución de la población europea ha sido determinada, a lo largo de los siglos, por múltiples causas de orden natural. Precisamente, una de las causas más importantes han sido los diversos episodios de epidemias mortales que asolaron Europa durante el milenio pasado. Uno de ellos, el brote de peste bubónica o peste negra de 1348, es, probablemente, el más conocido, ya que fue extremadamente mortal en conseguir exterminar entre el 30% y el 50% de los europeos.
Varios estudios científicos han llegado a la conclusión de que las epidemias mortales afectan al sistema inmunitario humano, ya que los genes evolucionan bajo la influencia de este tipo de enfermedades infecciosas. Tanto es así que las personas con los genes que son más resistentes a la enfermedad logran vivir y reproducirse. En cambio, los portadores de genes que no son capaces de hacer frente a la enfermedad, mueren.
El estudio más reciente de estas características ha sido liderado por investigadores del Instituto de Biología Evolutiva (IBE) de la Universitat Pompeu Fabra y el CSIC de Barcelona. En su trabajo han descubierto que algunos genes del sistema inmunitario han evolucionado en gitanos europeos (rumanos) bajo los efectos de la peste negra, mientras que el mismo grupo de genes en personas del noreste de la India, de donde los gitanos provienen, no ha sufrido ningún tipo de cambio.
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Los resultados de este estudio, en el que también han participado investigadores de la Universidad del País Vasco, y de centros de investigación de Holanda, Rumania y la India, se publicaron el 3 de febrero en la edición digital de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Para llegar a la conclusión de su estudio, los científicos del IBE han observado el efecto de estos procesos infecciosos sobre los que actúa la selección natural en el genoma de personas tanto de etnia gitana como rumanos. Los gitanos procedentes del nordeste de la India se establecieron hace solo 1.000 años en Europa, en la región ocupada ancestralmente por rumanos estudiados, y ambos grupos han convivido desde entonces.
El equipo de investigación tomó el ADN de los tres grupos examinados para poder estudiar la comparación de sus genomas: 100 personas de origen rumano, 100 personas de etnia gitana y 500 personas residentes actuales del noroeste de la India.
Los resultados muestran que los tres genes del grupo de los receptores tipo Toll (TLR) del sistema inmune, evolucionó de manera similar en los gitanos y los rumanos, bajo el efecto de la misma presión selectiva, mientras que los habitantes de la India no tienen el efecto de la selección natural para esta causa. Es un buen ejemplo de evolución convergente, donde las poblaciones de diferente origen (rumanos y gitanos) tienen la misma adaptación al estar sometidas a las mismas presiones ambientales, en este caso, el efecto de la epidemia de la peste.
La relación entre los genes TLR y la bacteria causante de la peste se ha demostrado experimentalmente. Por lo tanto este estudio muestra que la peste tuvo un papel importante en el cambio genético. Así, los científicos tomaron sangre de 100 personas de ascendencia europea en contacto con la bacteria que causa la peste, Yersinia pestis, y se observó una relación entre los genes TLR y un aumento de la producción de citoquinas, moléculas que juegan un papel importante en el sistema inmune y en la resistencia a la enfermedad.
Jaume Bertranpetit, investigador del IBE que ha colaborado en este estudio científico, opina que los resultados "explican parte de las diferencias entre los europeos y otros pueblos en la sensibilidad de una enfermedad infecciosa y muestra la importancia que las epidemias han tenido en modular la composición de las poblaciones humanas actuales".
"Este hecho ha sido muy importante tanto en la historia de la humanidad, como en la manera en la que las diferentes poblaciones humanas pueden dar una respuesta a infecciones emergentes", añade.
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