A finales de este mismo se colocará en órbita una nueva generación de satélites gracias a la iniciativa privada. Con ella se abrirá la puerta a una nueva era en la observación del planeta desde el espacio gracias a sus potentes cámaras fotográficas, algo que el común de los mortales podremos disfrutar gracias a uno de sus clientes, Google.
Orbitando a 600 kilómetros sobre nuestras cabezas cubrirán la totalidad de la superficie terrestre cada dos días. De llevarlos allí arriba se encargará el operador comercial de satélite DigitalGlobe, que ha encargado su fabricación a Ball Aerospace. A bordo estarán instaladas las cámaras de alta resolución más avanzadas cuyos resultados no tardaremos en poder disfrutar a través de Google Maps y Google Earth.
Este mes de febrero se cumple el noveno aniversario de Google Maps y en junio el de Google Earth, herramientas que sin duda han cambiado nuestra forma de ver nuestro entorno geográfico. Hasta ahora Google conseguía sus imágenes adquiriéndolas de un reducido grupo de operadores comerciales de satélite fotográficos pero ahora podrá beneficiarse de esta nueva generación de satélite que se comportan más como un telescopio que como una cámara ya que emplean un tubo que conduce la luz proveniente de la Tierra rebotando la por un sistema de espejos antes de capturarla con un sensor CCD.
Estos nuevos satélites, en lugar de imágenes instantáneas capturarán imágenes continuas de franjas de superficie terrestre. Pudiendo apuntar con precisión a determinadas áreas de especial interés, los satélites WorldView 3 son capaces de distinguir objetos de 25 centímetros de tamaño aunque estas imágenes tan detalladas en alta resolución sólo podrán venderse al gobierno estadounidense. El resto de clientes sólo podrán acceder a imágenes con una resolución de hasta 50 centímetros. Recordemos que estamos hablando de satélite fotográficos civiles, en comparación los últimos satélites espía militares (que se sepa) son capaces de distinguir objetos de hasta 10 centímetros, imágenes que, por supuesto y por obvias razones de seguridad, no veremos en Google Maps.
Se podrá actualizar con un margen de un año las imágenes correspondientes a las principales urbes del mundo, que suelen ser también las que en ciertas áreas experimentan cambios más frecuentes en su fisionomía, como bien saben (y sufren) sus habitantes, algo que recordaba Danny de Vito cuando visitó Madrid por segunda vez y exclamó “qué bonita será esta ciudad el día que la terminen”.
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