Los planes de Amazon de repartir paquetes con aviones no tripulados han causado gran expectación, aunque muchos países trabajan ya en distintas iniciativas, tanto en el ámbito industrial como en centros de investigación, para desarrollar tecnologías que permitan a estos aparatos realizar todo tipo de tareas civiles; hasta hace unos años su uso se restringía al ámbito militar.
Asimismo, también se estudia su uso para servicios de agricultura "inteligente" y la detección de plantas en grandes fincas que requieran una intervención individualizada, como riegos en momentos concretos o fumigación. También para detección de incendios o el reconocimiento de zonas afectadas por catástrofes.
Otro uso frecuente de los aviones no tripulados es como juguete: muchos aficionados compiten con carreras en el aire, con cámaras a bordo que permiten grabar espectaculares imágenes.
Las posibilidades de uso de los drones son cada vez mayores pero persisten escollos tecnológicos. Es sólo "cuestión de tiempo" desarrollar una tecnología que permita a estas aeronaves detectar y evadir al resto de aeronaves, según fuentes de la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA).
En una aeronave tripulada, en última instancia es responsabilidad de los pilotos ver y evitar al resto de aeronaves que vuelen por el mismo espacio aéreo, manteniendo una separación adecuada.
Sin embargo, en un dron no existe aún una solución tecnológica aceptable para garantizar esa capacidad de detectar y evitar al resto de aeronaves. Una vez logrado ese reto, el uso de las aeronaves no tripuladas "se expandirá de modo considerable", han añadido las fuentes.
El problema de las baterías
Los dispositivos aéreos no tripulados tipo multirrotor disponen de capacidad de guía para llegar al punto de entrega de la mercancía; sin embargo, la duración de sus baterías es limitada, lo que les impide trayectos de vuelo largos.
El ingeniero Adrián Carrio, investigador en la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), perteneciente al Grupo de Visión por Computador, premiado en una reciente competición internacional de microvehículos aéreos por un sistema para controlar el vuelo de aviones sin piloto en zonas de catástrofe, ha destacado asimismo el reto tecnológico de mejorar la autonomía de vuelo de los drones.
Errores de navegación
Este investigador de la Asociación Española de Sistemas Aéreos no Tripulados (AERPAS) se ha referido asimismo al desafío que supone desarrollar sistemas que corrijan los errores de navegación en los que incurren muchas veces los drones, con fallos excesivamente grandes y derivas de posicionamiento que alcanzan varios metros.
Ha añadido que la investigación en el área de vehículos aéreos no tripulados se centra actualmente en el desarrollo de sistemas a bordo suficientemente "robustos" para soportar fallos en la navegación, y para que puedan interactuar con otras tecnologías complementarias a la hora de solucionar problemas en casos de necesidad.
Otra de las áreas de investigación tecnológica en este ámbito tiene que ver con el desarrollo de algoritmos de visión para el procesado "inteligente" de las imágenes que obtiene el dron.
El reto es dotar a estos artefactos de mayor capacidad para interpretar correctamente la información que obtienen con sus cámaras y sensores para conseguir así una navegación totalmente segura, a partir de un análisis útil de datos que les permita saber su posición exacta e incluso la velocidad a la que navegan.
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