Los mensajes no deseados que circulan por los medios sociales aumentan sin cesar. En solo un trimestre, concretamente el primero de 2013, el incremento de este tipo de spam ha sido del 355%. Sus responsables se aprovechan de que en las redes –Facebook, Twitter y demás– todavía no se aplican sistemas de seguridad tan exigentes como en el correo electrónico. Y, a diferencia de lo que ocurre con el email, con una sola acción se puede llegar a cientos y hasta miles de internautas.
Un informe reciente de la empresa NexGate elaborado por experimentados científicos de datos a partir de 60 millones de piezas procedentes de 25 millones de cuentas muestra que el ritmo de crecimiento del denominado spam social –puede estar basado en textos, links o aplicaciones; cuentas falsas; robots que se comportan como usuarios humanos, etcétera– es mucho mayor que el del contenido útil.
En el estudio se revela que uno de cada 200 mensajes difundidos actualmente en los espacios 2.0 tiene esta consideración negativa. Además, el 15% de ellos incluye un enlace a una página peligrosa. Por todas estas razones, los expertos coinciden en señalar que una de sus prioridades en este aspecto es mejorar los filtros para las redes sociales.
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