El robot Curiosity encontró pruebas de un antiguo lago en Marte que podría haber sustentado la vida por períodos largos hace millones de años, informó la agencia espacial estadounidense NASA.
"Honestamente, el sitio se parece mucho a la Tierra", comentó el científico principal de la misión Curiosity, John Grotzinger, del Instituto de Tecnología de California.
Por su parte, otro equipo de científicos de la NASA explicó que, según las observaciones y mediciones hechas por Curiosity, el riesgo de exposición a la radiación cósmica no debería ser un obstáculo para misiones humanas tripuladas a Marte.
Los científicos creen que esto indica que pudo existir ambientes habitables en Marte mucho antes de lo pensado hasta ahora.
Un equipo de investigadores del Laboratorio de Ciencia de Marte, de la NASA y el Colegio Imperial, de Londres, ha analizado una muestra de rocas sedimentarias en un sitio llamado Yellowknife Bay, en el cráter Gale donde se posó el robot, cerca del ecuador de Marte.
Esas piedras de lodo han revelado que el cráter Gale, una cuenca de 150 kilómetros de diámetro con una montaña en su centro, albergó al menos un lago hace unos 3,7 millones de años. Los científicos creen que el lago puede haber existido por decenas o cientos de miles de años.
El análisis de los científicos mostró que el lago era calmado y probablemente contenía agua dulce con elementos biológicos tales como carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y azufre.
Una cuenca acuática de tales características proporcionaría las condiciones adecuadas para que prosperaran formas de vida microbiana simple, como los llamados quimiolitoautótrofos.
En la Tierra los quimiolitoautótrofos se encuentran comúnmente en cuevas y en torno a los boquetes hidrotermales. Esos microbios descomponen rocas y minerales para obtener su energía.
Las piedras de lodo en general se forman en condiciones de calma por la sedimentación de granos muy finos, capa sobre capa, en el agua quieta.
Sanjeev Gupta, del Departamento de Ciencia e Ingeniería de la Tierra en el Colegio Imperial, y autor principal de un artículo que publica la revista Science, dijo que "es importante notar que no hemos encontrado señales de vida antigua en Marte".
En cuanto a la radiación cósmica, Jason Crusan, director de la División de Sistemas de Exploración Avanzada, dijo que una tripulación que viajara 180 días hasta Marte, permaneciera allí 500 días y demorara otros 180 en retornar a la Tierra se expondría a una dosis de radiación acumulativa de 1,01 sieverts.
Estos cálculos se sustentan en las mediciones hechas por el Detector de Evaluación de Radiación del Curiosity en la superficie marciana, explicaron los científicos.
Por comparación, la Agencia Espacial Europea, en general, limita la exposición a la radiación por parte de sus astronautas, en toda su carrera a 1 sievert, que aparece vinculado a un aumento del 5 por ciento en el riesgo de cáncer fatal.
"Es un número manejable", dijo el investigador principal Don Hassler, del Instituto de Investigación del Sudoeste, en Boulder, Colorado.
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