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2012/01/04

¿Qué me pasa, Facebook?

En las salas de espera de las consultas de los centros de atención primaria, o incluso de los hospitales, se comentan dolencias, estados febriles, operaciones y diagnósticos. En Facebook, Twitter o Foursquare, también. O eso afirma un estudio realizado por PwC Health Research Institute, que además prevé un aumento de las consultas sobre salud en las redes sociales de cara al 2012.
Y eso a pesar de que el mismo informe señala que las organizaciones relacionadas con la sanidad están cada vez más preocupadas por la privacidad y los posibles agujeros de seguridad que puedan producirse por el uso del cloud computing y de herramientas que permiten compartir información entre diferentes proveedores. Contradicciones 3.0.
El informe no ofrece muchas sorpresas. Los usuarios de menos de 35 años son los más proclives a formular comentarios o quejas sobre problemas de salud en las redes sociales. La mayoría las hace en Facebook, que también es la red social más popular para estas cuestiones, seguida de YouTube, donde se consulta información, y de los blogs entre los usuarios de 18 a 24 años o de Twitter entre los de 25 a 34 años.
Sin embargo, curiosamente, el hecho de que los centros de salud tengan página en estas mismas redes sociales no tiene una influencia decisiva en las elecciones de los usuarios. De hecho, según afirma el estudio, sólo el 5% admite haber cambiado de hospital después de haber comprobado su presencia en las redes sociales. En cambio, el 30% declara tener en cuenta la política de privacidad que el centro escogido publica en su web.
Finalmente, el informe, realizado en un contexto norteamericano, con un sistema de salud sustancialmente diferente al español, subraya que las guías de uso “poco precisas” de la Food and Drug Administration (FDA), la agencia americana responsable de la regulación de alimentos y medicamentos, suponen una barrera importante para que las compañías farmacéuticas conecten con los usuarios a través de diferentes plataformas sociales. Y es que, al parecer, todavía queda camino que recorrer en este campo. “Las redes sociales abrirán nuevas oportunidades para mejorar las prestaciones sanitarias”, concluye el estudio.

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