El Departamento de Energía de EEUU publicó la semana pasada su 2011 Critical Materials Strategy (estrategia de materiales críticos). En él, se destaca cómo hasta seis tierras raras diferentes (ver apoyo) intervienen en las tecnologías que hacen posible las energías renovables, como los coches eléctricos o la iluminación eficiente. Aquél país no produce ninguno de estos elementos. La última mina estadounidense cerró en 2002, acosada por los problemas medioambientales y la competencia de China.
El gigante asiático, que en la década de los años ochenta empezó a abrir minas de tierras raras, consiguió en las siguientes décadas expulsar del mercado a las mineras canadienses, australianas y estadounidenses. Hoy extrae el 97% de estos materiales. No sólo eso, sino que también concentra la mayor parte de las plantas de procesamiento y ha conseguido así atraer a las industria que convierte los elementos purificados en útiles para un sinfín de tecnologías.
"Estamos ante un lamentable estado de cosas y no veo muchas posibilidades de producción fuera de China, por lo menos en cinco años ,y eso para las tierras raras más ligeras, como el neodimio o el cerio, que son más fáciles de extraer", dice a Público el presidente de Canadian International Minerals, Michael Schuss. Su compañía está realizando catas en el norte de EEUU para conseguir una fuente alternativa a la producción china. Más al sur, la multinacional Molycorp está haciendo lo mismo en el estado de Nevada. Son, junto a la australiana Lynas, las únicas que pueden aliviar la dependencia.
El problema de las tierras raras ya se ha convertido en una cuestión de geopolítica. En septiembre de 2010, China cortó el grifo a la industria japonesa durante un mes por una disputa sobre la soberanía de una isla. Ese mismo año, el Gobierno chino restringió la exportación de neodimio para destinarlo a proyectos propios de energía eólica. Hasta en dos ocasiones, la Organización Mundial del Comercio ha abierto expedientes a China por interferir en la salida de tierras raras hacia el exterior.
En noviembre pasado, el Joint Research Centre (JRC) de la Unión Europea publicó otro informe que, entre otras cosas, también destaca la dependencia europea de las tierras raras chinas. El estudio parte de un análisis del Strategic Energy Technology Plan. Se trata de un proyecto para conseguir los objetivos de reducción de emisiones con el concurso de las energías renovables. El JRC analizó 14 metales estratégicos, su papel en las diferentes tecnologías energéticas (eólica, solar, nuclear, secuestro de carbono y redes eléctricas inteligentes) y el impacto que tendría en su desarrollo un corte del suministro.
La situación de cinco elementos fue considerada como crítica. Dos tierras raras, el neodimio y el disprosio, y tres subproductos del procesado de otros metales, el indio, el galio y el telurio, podrían dar al traste con los objetivos energéticos europeos para 2020. Los dos primeros, por ejemplo, son claves en la fabricación de imanes. Están presentes en los auriculares, en los aparatos de resonancia magnética y en variados dispositivos ópticos. Pero sus principales usos son los discos duros (31% del total), aerogeneradores (26%) y vehículos eléctricos (24%). China produce el 95% del neodimio del mundo.
"Cuando una cadena de suministro se basa en una sola fuente de suministro, existe una vulnerabilidad inherente. Este es el caso de las tierras raras. En este momento no sólo la gran mayoría de los minerales de tierras raras se extraen en China, en su mayoría también son procesados allí", explica a Público el fundador de Technology Metals Research, Gareth Hatch. Este experto, sin embargo relativiza el miedo. "Creo que hay una baja probabilidad de interrupción en el suministro, por razones geopolíticas. Pero para alguna de las tierras raras, y sus aplicaciones, una perturbación sería muy perjudicial" añade. "No creo que vaya a haber una guerra fría de tierras raras, pero esto no significa que no debamos prepararnos para una disrupción. Debemos esperar lo mejor, pero planear para lo peor", completa este experto.
Elementos escasos
Los dos informes oficiales recomiendan empezar ya a buscar yacimientos propios, abrir minas y montar plantas de procesamiento. El problema es que estos elementos se llaman raros no porque tengan unas propiedades extrañas, que también, sino porque son escasos, están muy mal distribuidos y se presentan en una bajísima proporción. "En el caso del oro, la presencia de dos gramos por tonelada se considera un yacimiento muy rico y el oro es mucho más barato que el neodimio", explica el experto del Instituto Geológico y Minero de España, Manuel Regueiro. A esto se añade que su procesamiento es muy complejo."España es 100% dependiente. No producimos ninguno de los minerales críticos", alerta Regueiro. En España hay dos posibles yacimientos, uno en Extremadura y otro en Galicia, pero aún están por estudiar a fondo. El problema español se agrava porque no hay una política sobre materiales estratégicos. "Finlandia, Suecia, Alemania o Francia tienen estrategias sobre recursos minerales, la última que tuvo España es de los años 60", advierte Regueiro. Desde entonces, la tecnología ha avanzado mucho y la necesidad de nuevos materiales también lo ha hecho.
Otros materiales igual de estratégicos y de los que se espera que el aumento de la demanda los convierta en críticos son el telurio, el galio, el indio o el litio. Este último sólo está considerado así por el informe estadounidense. Aunque ha tenido otros usos en el pasado, su función principal hoy es alimentar todo tipo de baterías. Se da la circunstancia de que Bolivia cuenta con la mayor parte de las reservas del mundo. El factor geopolítico, con la presencia del presidente indigenista Evo Morales en el Gobierno, ha debido de pesar en los analistas estadounidenses.
El estudio europeo alerta sobre los otros tres materiales. Uno es claves en las tecnologías más avanzadas de energía solar (indio), otro en la miniaturización de las placas electrónicas (telurio) y el tercero en los semiconductores (galio). El riesgo en estos casos no procede de China. La explosiva demanda, con ritmos de crecimiento del 10% anual en algunos, y su carácter de subproducto de otros procesos hacen que el suministro futuro no esté garantizado.
Los informes recomiendan como solución parcial recuperarlo de los productos una vez que hayan acabado su ciclo de vida. Para el secretario general de la Asociación de Empresas Gestoras de Residuos y Recursos Especiales, Luis Palomino, un porcentaje se podrá recuperar y volver a meter en el circuito.
"El principal problema es que su concentración es tan baja que habrá que desarrollar nuevos procesos de recuperación", explica. Otro de los problemas es que muchas de estas tecnologías son tan nuevas que a las placas solares o las pantallas planas, por ejemplo, aún les queda mucha vida por delante.
Paradójicamente, la crisis económica ha diluido las conclusiones más alarmistas de los informes oficiales. Aunque en los últimos años algunas tierras raras, por ejemplo, han visto multiplicar su precio un 1.500%, este año han bajado de precio. Es más, China ha tenido que reducir las cuotas de exportación para el próximo semestre un tercio para elevar los precios. Pero, cuando la crisis económica pase, puede que se produzca la crisis de las tierras raras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario